Están en campaña, eso
dicen ellos, aquellos que ahora se ponen las pilas para pedirnos a
los ciudadanos que movamos nuestro trasero para ir a los colegios
electorales y meter en la urna que nos corresponda la papeleta que
lleve su logotipo. Hace unos días, mientras me cepillaba los
dientes, recién levantada a las seis y cuarto de la mañana para
irme a trabajar, como llevo haciendo los últimos 30 años de mi
vida, es decir desde me quité los calcetines, como quien dice,
escuché en la radio a González Pons decir que rogaba, y suplicaba a
los votantes del PP que, como siempre, respaldaran en las elecciones
europeas al partido popular, y bla, bla, bla. Eso de la suplica, a
esa hora de la mañana, y a penas asomada al mundo para comenzar el
día, era superior a mis fuerzas y me dije a mi misma, ¡pues si que
empiezo bien el día¡. Pensé, en ese mismo instante, que el
lenguaje reptador lo comparten la víbora y el gusano, y que, en
ambos casos, hay que desdeñar con radical actitud, el acercamiento a
cualquiera de los dos, aunque a mi me da mas asco la pinta lamerona
del gusano. No hay quien los aguante. No sabía yo, en ese momento,
que nos quedaban puestas en ridículo memorables por parte de los dos
grandes partidos nacionales.
Lo de Cañete no tiene
nombre, no porque sus comentarios relativos a la inferioridad
intelectual de su contrincante femenina estén carentes de sentido
absolutamente. Yo también creo que la señora Valenciano parecer no
parece muy brillante, y que se le conozca, fuera de su actividad
política no le avalan ni importantes conocimientos ni aventajadas
actuaciones profesionales. De manera que poner en duda la idoneidad y capacidad de la señora Valenciano no es tan descabellado. Pero don Miguel no ha podido ser más torpe, por lo que he podido escucharle, que
es únicamente la frasecita de marras y de su condena. Por supuesto,
el debate ni lo escuche ni tampoco lo vi. No tenía para mi el más
mínimo interés asistir al espectaculo vergonzoso de preguntas y
temas pactados y acordados entre el PP y el PSOE. La candidata
socialista dicen que estuvo en su actuacion “mas cercana” y el
señor del PP “mas envarado”, por lo que la ganadora a los puntos
fue, por supuesto, la de la “aproximación”. Vamos, que el
desparpajo de doña Elena se comió por las patas en la tele al
señor Cañete, que ni estuvo campechano, ni socarrron, ni ocurrente,
como los que le conocen dicen que le es propio.
Estuvo, al parecer, poco divertido, numérico y funcionaril, y eso en los medios audiovisuales queda fatal, y le dieron matarile. Lo peor de todo, es que al día siguiente debía seguir noqueado y se fue de la boca con una bobada mayúscula propia del Pleistoceno, en el que la cosa iba de machos bien dotados de fuerza bruta, y las hembras estaban en lo suyo que no era otra cosa que lanzar feromonas a troche y moche.
Estuvo, al parecer, poco divertido, numérico y funcionaril, y eso en los medios audiovisuales queda fatal, y le dieron matarile. Lo peor de todo, es que al día siguiente debía seguir noqueado y se fue de la boca con una bobada mayúscula propia del Pleistoceno, en el que la cosa iba de machos bien dotados de fuerza bruta, y las hembras estaban en lo suyo que no era otra cosa que lanzar feromonas a troche y moche.
Para que queremos mas¡.
El Psoe se ha agarrado como a un clavo ardiendo al temita tan manido de menoscabo por género
sexual, y no va a soltar cacho hasta dejarle a Cañete hecho unos
zorros. La cosa la quiere centrar la izquierda socialista en la
cantinela reivindicativa feminista. Es todo tan casposo y tan antiguo
en unos y en otros que da pereza mental entrar en valoraciones un
poco serias. Yo creo que el asunto no va de ningún otro género que no
sea del genero tonto, que nos invade como una lava ardiente e
imparable en la vida publica.
Entre tanto, el PP y el
PSOE se despeñan cogiditos de la mano en la intención de voto, y
eso que hacen lo indecible por neutralizar y silenciar las nuevas
opciones políticas que se han presentado a la ciudadanía pidiendo
su voto. En el partido popular, sobre todo, que no puede estar mas
ensoberbecido ni mas perdido, ni puede resultar mas ofensivo ni mas
patético, dicen que votar a partidos “pequeños” es tirar el
voto, que lo fetén, y que lo nos conviene a los conservadores y
liberales, a los ciudadanos de centro derecha es, votarlos a ellos.
Su problema, el problema
del PP se llama VOX, y CIUDADANOS, pero sobre todo, VOX, el partido
de Alejo Vidal Cuadras, Santiago Abascal, de Ortega Lara, de Gonzalez
Quirós, de Espinosa de los Monteros y de tantos otros que se han
unido a un proyecto político conservador, democrático, moderno y
sobre todo ilusionante. Son nombres nuevos para trayectorias
limpias, abiertas, que tienen mucho que decir, en un panorama
político irrespirable por la corrupción que corroe el país de
parte a parte, y en la que las fuerzas disgregadoras igual de
corruptas que las nacionales han tomado la iniciativa y no están
dispuestas a detenerse en su proyecto de desmembración de la Nación
Española.
El Patido popular lleva
gobernando dos años y medio, pero la traición política a sus
votantes la llevó a cabo el Presidente Rajoy desde el primer día,
desde su llegada a la Moncloa.
Estos dos años han sido
de afrentas continuas a los ciudadanos que les dieron su confianza.
Su política antiterrorista ha sumido en la desolación mas absoluta
a las víctimas. No quiero entrar en este momento a pormenorizar su
actuación este sentido, baste decir lo todo el mundo sabe, la
indecencia imperante en la toma de decisiones políticas,
voluntarias, que han puesto en la calle a sanguinarios asesinos de
Eta, violadores, pederastas, dando cumplimiento a los acuerdos
llevados a cabo por Zapatero con la ETA. Su política económica
sangrante, agresiva e inmisericorde con las clases humildes y con las
clases medias, aunando recortes y subidas de impuestos rayanas en el
latrocinio, hasta asfixiar a la ciudadanía, mientras mantiene
intacto el chiringuito mastodóntico de la burocracia autonómica,
municipal y central alimentado miles de empresas publicas y cargos
de eleccion y despilfarros oficiales, con las monedas que sacan de
nuestros masacrados bolsillos. Su conchabeo con el Psoe, para
repartirse la Justicia a fin de salvaguardar su intereses de partido,
y blindarse en la impunidad, ante la ingente cantidad de casos de
corrupción en las que están involucrados, no solo ellos, sino
también las fuerzas sindicales de izquierdas y los partidos
nacionalistas, fundamentalmente catalanes. Su política de medio
pelo, trufada de ambigüedades en lo concerniente a los órdagos
lanzados por los independentistas catalanes, que han llevado a la mas
absoluta ruina a su comunidad autónoma, puliendose los fondos
públicos en corruptelas y políticas separatistas, mientras que desde
el gobierno central se ha abandonado la defensa y el cumplimiento de
la Constitución en Cataluña. En el País Vasco, no se ha movido un
dedo, ni se ha tomado una sola iniciativa para que las opciones
políticas hoy en el poder surgidas desde las entrañas de la
mismísima organización asesina Eta, estuvieran fuera del juego
democrático hasta que los asesinos se entregaran a la Justicia,
pidieran perdón públicamente y sin ambages a sus victimas,
esclarecieran los asesinatos aun pendientes de juzgar.
Ciertamente, el Partido
Popular ha heredado una situación nacional verdaderamente
catastrófica en todos los sentidos. Eso ya lo sabían ellos, y lo
sabíamos nosotros, los ciudadanos. La cuestión es que el
comportamiento político del partido popular de Rajoy, no ha hecho
otra cosa que ser continuador de las políticas de Zapatero, y por
tanto, colaborador necesario de la insostenible situación de España,
y su dudosa viabilidad como nación en un futuro cada vez mas
inmediato.
Cuando escucho el
desprecio con el que se refieren a los emergentes partidos
nacionales, y sobre todo, a VOX, soy consciente de la inconmensurable
estafa de la que somos victimas todos nosotros.
Nos dicen, que fuera de
ellos no hay nada. Pretenden asustarnos con la existencia de un
abismo mas allá del redil en el que prenden mantenernos adocenados,
mansos, y temerosos. Nos mienten.
Ellos nos mienten, como
lo llevan haciendo muchísimo tiempo.
Las nuevas formaciones
políticas han nacido de la desolación que nos produce su inmoral y
antidemocratica conducta política, y de la esperanza de que es
posible que la vida polica, social y económica en nuestro país
pueda mejorar, con la mirada puesta en otros actores y conductores de
la vida pública. Tenemos derecho a refrendar otras opciones
democráticas. Claro que si. Claro que tenemos ese derecho.
Tenemos absoluto derecho a retirarles nuestra confianza porque nos han mentido, y eso, en
política, es de las pocas cosas que son verdaderamente
imperdonables.
Los ciudadanos debemos
olvidarnos, en mi opinión, de votar opciones “ganadoras” de
gobierno, porque atendiendo a eso, la oferta se reduce a mantener
en el poder, a alimentar, a fortalecer, a aquellos que nos han
traicionado. Votar Partido Popular, o Partido Socialista, o a los
partidos nacionalistas en el poder, supone tanto como votar a su favor
y votar en contra nuestra. Utilizando un símil futbolístico, los
conservadores españoles votando Partido Popular meteríamos los
goles en nuestra propia portería, y seriamos nosotros, nuevamente,
los que perderíamos el partido en el que nos jugamos demasiado,
porque se trata de nuestro futuro, del futuro de cada uno de
nosotros, ni mas ni menos.
Nuestra intención al
poner el voto, debería ser en primer lugar, votar a nuestro favor. A
favor de nuestras convicciones, de nuestra moral, de nuestros
valores. Esa debería ser la prioridad absoluta de nuestra
participación democrática, con la mirada puesta en que el partido
político que elijamos obtenga con nuestra participacion la capacidad para influir en la
escena política. Que los “grandes” como a la señora Cospedal,
llena de vácua vanidad, le gusta denominar al PP, dejen de ser
gigantes para que se vean obligados a que su mirada se encuentre en
el horizonte, necesariamente, con una ciudadanía que a través de
sus representantes les van a pedir cumplidas cuentas de sus
actuaciones.
Es imprescindible dar
cabida a los partidos emergentes, oxigenar la vida publica, renovar
el panorama político, y poner asi un punto y final, a que los
desmanes, el despilfarro y las corruptelas sigan saliéndoles gratis
a aquellos que han pactado vergonzosamente gobernar a favor de sus
intereses de partido, y en contra de los intereses de los ciudadanos.
Es necesario, hoy mas que
nunca, votar desde la libertad, desde la conciencia y desde la
memoria. Debemos hacer el esfuerzo de reflexionar sobre lo que ha
pasado en nuestro país en los últimos años.¿Cuantos? Da igual,
que cada uno ponga el punto de partida donde considere, pero
preguntémonos muy seriamente si estamos dispuestos a seguir
confiando en aquellos que nos han conducido por acción o por omisión
al momento en el que ahora nos encontramos. Yo, no estoy en absoluto
dispuesta y no me planteo si mi voto, mi opción política elegida,
lo será también por muchos o pocos de mis conciudadanos.
Por primera vez en muchos
años, voy a votar el día 25 con ilusión, con esperanza, y sobre
todo, con coherencia. Yo seré una de los ciudadanos votantes de un
“partido pequeño”, de un proyecto recién nacido, de una voz que
a penas se deja escuchar, bajo la ley de hierro del poder en las
comunicaciones, pero que habla y propone una realidad democrática
por la que yo creo vale la pena apostar.
He decidido no votar a
los ganadores. Yo, he decidido confiar en los mejores, y estoy
encantada con mi decisión.