lunes, 18 de marzo de 2013

LA ACCION DE GOBIERNO... LA MEMORIA DEL CIUDADANO


El tiempo dicen, pone las cosas en su sitio, y cuando eso sucede, somos mas conscientes que nunca de que las palabras quedan casi siempre relegadas a la categoría de anécdota en la Historia con mayúsculas, y también en el transcurrir de la existencia particular de cada uno, cediendo el lugar a la verdad contenida en los hechos, en las acciones y en las conductas. Solo es necesario darle tiempo al tiempo, para encontrarnos con el verdadero rostro de cada uno, para reconocer en su auténtica dimensión la trascendencia de las decisiones tomadas y, a veces, sobre todo, de las que evitamos tomar. Aunque parezca una verdad de perogrullo, una filosofía de baratillo, a mi, personalmente, me ha llevado media vida ser consciente de ello, pero bien está lo que bien acaba, aunque solo sea por no pasar por este mundo a modo de borrego servil y agradecido.

El tiempo, ese compañero de soledades y de pasiones,  me ha acercado a las pocas cosas que doy por ciertas, siendo muy consciente, no obstante, de que el conocimiento es necesariamente limitado y siempre imperfecto, por inacabado e incompleto. Pero, ahí están los hechos, omnipresentes e ineludibles, que puestos delante de las narices, dejan poco margen para la duda, al menos, razonable. Cuando escribo estas letras tengo en mente a un personaje que desde que saltó a la palestra con el protagonismo propio de aspirante a ser alternativa de gobierno al partido socialista, y posteriormente ostentando la responsabilidad máxima de presidir el gobierno de España, no ha dejado de generarme una hondo desasosiego. Hay veces que la manera de conocer de los sentidos, eso que llamamos el pálpito, … me dá mala espina, me huele a…., resulta ser la antesala de una certeza firmemente fundamentada. A mi, Rajoy, me daba ya entonces un pálpito, una espina y un tufo, malos, malísimos, requetemalos. Hoy ya se por qué.

Tengo la costumbre buena o, quizá, mala, vaya usted a saber, de leerme los programas electorales de los partidos políticos antes de las elecciones.  Esas páginas frecuentemente aburridísimas que pretenden aglutinan los principios y proyectos, que guiarían la acción política de sus autores, si los ciudadanos les damos nuestra confianza y les otorgamos capacidades y poder ejecutivo. El ultimo programa del partido popular, hacia gala de una  cierta ambigüedad calculada, cosa que tampoco puede sorprender a nadie, pero aun así, asumía determinados compromisos con sus electores que recuerdo con absoluta nitidez. La memoria hoy me pone delante de una gigantesca estafa a la luz de los acontecimientos vividos desde su acceso al poder; ha bastado un año escaso  para constatar el latrocinio llevado acabo por el partido popular del señor Rajoy a los ciudadanos conservadores y liberales de nuestro país, mediante engañifas, verdaderas a medias y  diáfanas mentiras.  Con el Partido Popular en el gobierno de la nación se ha llevado a cabo, en mi opinión, el fraude político de mayor gravedad, en la medida que el partido que se define a si mismo como de centro-reformista, ellos sabrán que significa tan concienzuda descripción, no ha llevado a cabo en este tiempo ni una sola medida politica que no haya supuesto un mazazo para las esperanzas de sus electores. El partido dirigido por Mariano Rajoy, en una escalada que a mi me parece cercana al suicidio politico, no solo no ha respetado el compromiso con aquellos que le votaron, sino que, muy al contrario, esta gobernando literalmente en su contra, olvidando que su mera existencia pública no es otra cosa que el producto de la confianza que millones de votantes pusieron en sus promesas electorales y que él se ha encargado de laminar.

La mentira, a sabiendas, ha sido el modus operandi  de su acción de gobierno desde el  minuto cero de su mandato. La ocultación, es el método seguido por sus ministros en asuntos clave, como pone de manifiesto de manera paradigmática, la política antiterrorista llevada a cabo por su amigo, dicen, muy amigo personal, ministro de Interior, Fenández Diaz. Es verdaderamente asombroso la falta de pudor que han esgrimido en este asunto. Todo lo que este señor dice con la boca, le desmiente sus hechos día  a día. Los ciudadanos en nuestra forzada ignorancia sabemos a ciencia cierta lo que el partido popular se trae entre manos que no es otra cosa que exactamente lo mismo que se traía el gobierno socialista con Rubalcaba sentado en ese ministerio macabro en el que desaparecen los alijos de droga de las comisarías, alzan el vuelo los faisanes para avisar a los terroristas de la ETA que alguien tiene la intención de detenerlos, se cocinan cárceles VIP para que los asesinos etarras vivan confortablemente hasta que les pongan en la calle, o donde aparecen y desaparecen informes secretos sobre la corrupción, etc, etc. Lo que hace por encargo del señor Rajoy el señor Fernandez Diaz, apesta con identica pestilencia a la exhalada por su antecesor en el cargo Sr. Rubalcaba, a las ordenes del extinto Rodriguez, hoy diluido como un azucarillo en su mísera nimiedad. 

Son gravísimas las ofensas  proferidas contra las victimas por este ministro de misa diaria (no tendrá misas ni vida suficientes en las que expirar su grandísimo pecado de traición a los débiles y a los indefensos), así como las afrentas de personajillos como el señor Oyarzabal, portavoz autorizado de todo tipo de insensateces, estupideces, y agravios, contra las víctimas del terrorismo vasco de la Eta, que se han mostrado menos dóciles y sumisas con las medidas tomadas por el Gobierno en materia de  política penitenciaria, facilitando prebendas y privilegios a los asesinos que cumplen condena. 

Rajoy personalmente se ha encargado de cofigurar la estructura de un el Partido Popular vasco en el que todos sus miembros juntos no valen un segundo de la vida arrancada con un tiro en la nuca, del modesto y heroico concejal vasco Zamarreño, por poner un ejemplo representativo de los centenares de seres humanos mas jovenes, mas viejos, mujeres y niños que Eta ha asesinado. Siempre ambiguos, blandos, e inmorales los miembros del hoy PP vaso no tienen inconveniente en compartir su tiempo y algunas risas, con la escoria que nutre las marcas novedosas de la inconfundible Batasuna y con ellos comparten chiquitos, en la fiestas patronales de los santos  que debe estarse revolviéndose de asco en sus altares.

Recuerdo, a la hiena moribunda, que se llama Bolinaga, cuyo libertad sabe el Diablo donde fue negociada bajo sus auspicios y con su presencia. Ortega Lara no se si llevará la cuenta, yo si, y como yo, todos aquellos cuya puesta en libertad hirió en lo más profundo nuestra fe en que quizá, era cierto que lo que vivíamos en España podía llamarse una Democracia moderna. Hace ocho meses que el asesino salió para morir en su casa, como nos quería hacer creer el Gobierno del partido popular, pese a que contravenía con su afirmación los informes médicos independientes. Como vulgarmente se dice, se pasaron los dictámenes sanitarios por la entrepierna, porque había que cumplir, aquí si, con los compromisos asumidos en lo que se ha dado en llamar, eufemísticamente el proceso, en el que la banda asesina puso sobre la mesa, entre otros asuntos, el nombre de este repugnante ser con chapela a cambio de no seguir matándonos a los españoles. Eso se dijo en medios de comunicación conocedores en profundidad de la lucha antiterrorista. En este caso, solo Dios sabe, cuanto tiempo permanecerá en este mundo la hiena como símbolo viviente de la traición política a un pueblo, mientras el vuelo del Faisán del gobierno socialista extiende, ahora con el PP,  sus alas desde la Moncloa hasta el Ministerio de Justicia presidido por Gallardón, para posarse, nuevamente en el ministerio de Interior, curtido ya, en decenas de años de gobierno socialista, con el señor  Gonzalez y el señor Rodriguez Z. en abastecerse de crótalos y reptiles. Todavía tienen la desfachatez de decirnos que este trasiego de intercambio de cromos con los asesinos debe llevarse a cabo con la máxima discreción, la misma, que se aconseja desde círculos cercanos a los terroristas, en el diario Gara.

He mencionado, como en otras ocasiones, la política antiterrorista y penitenciaria del Gobierno popular porque me parece, que de todos los agravios a sus electores, es el mas importante. Estamos hablando de delitos contra la vida, contra la libertad y contra la nación. Son delitos de máxima gravedad, fruto de un chantaje inasumible en un país democrático. Sin embargo, siendo el más importante, no es desgraciadamente un conducta política aislada. 

El Gobierno del señor Rajoy es el Gobierno del silencio y del carpetazo a los agujeros negros de los atentados del 11 de Marzo, y para eso ha puesto a funcionar a tope el triángulo de Bermudas entre la Justicia, la Policía y él mismo como máximo responsable de la acción política, imagino que con la participación, consentimiento y aquiescencia de aquellos que están en la pomada en las mas importantes instancias del Estado, oposición incluida. En esta zona, el vacío se come todo lo que se tenga que comer. El caso es que se mantenga en el sitio debido lo que debe ser, y luego, ya nos ocuparemos de condecorar, ascender, promocionar a los mas eficaces colaboradores entre los jueces, fiscales, policías, y medios de comunicación amigos. Que no se diga que los servicios al Estado no están debidamente reconocidos en todos los sentidos. No hace ni una semana que dos de los jueces artífices de la legalización de la marca batasuna, Bildu, han sido condecorados por el señor Rajoy. Todos conocemos las consecuencias de esta legalización en contra de la sentencia del máximo órgano jurisdiccional español, el Tribunal Supremo, que no son otras que la presencia de los amigos de la banda terrorista en el Parlamento Español y en la política vasca, presencia que pagamos con nuestros impuestos, en lugar de destinarlos a la sanidad, la educación o la cultura.

El Gobierno del señor Rajoy es, también, el que nos tiene cogidos por el gaznate y está dispuesto a chuparnos hasta la ultima gota de nuestra sangre para financiar Gobiernos autonómicos despilfarradores, cuyo objetivo no es otro que el de destruir la nación de todos para alimentar las alimañas que se travisten con oníricas aspiraciones independentistas. Estamos a puntito de ver como el Gobierno le da al señor Mas lo que le pida a cambio de que no le toque mas las talandas con el asunto del referéndum independentista, al menos en unos meses. Así que ya nos podemos ir vaciando los bolsillos los ciudadanos españoles, sobre todo madrileños, que somos los que mas ponemos, y menos recibimos, que nos pedirá el diezmo multiplicado por lo que sea menester para financiar las corruptelas catalanas. Así, mientras el presidente se paga con pan nuestro de cada día su tranquilidad política, a nosotros nos queda otra cosa que el que el ajo y agua, es decir, lo de siempre, y ahora, con nuestros votos.

Le deben al señor Rajoy todos aquellos le votaron, las recomendaciones e imposiciones para mantener nuestra actividad productiva, hasta conseguir que los trabajadores hagamos, viejos y cansados, y hartos de currar, en el mismo paso, el transito del tajo al nicho, sin decir esta boca es mía y pagando  de nuestro bolsillo el billete a la otra vida. A eso la señora Cospedal le llama mantener y salvar el sistema de pensiones. Ha descubierto la pólvora el gobierno del PP, a los muertos no se les paga pensión algna, ni falta que les hace, luego, lo importante es no jubilarse hasta que no estemos, al menos, con un pie en la tumba. No tengo la menor duda de que así no hay cuenta que no les cuadre. Nos dicen, que no hay dinero en la hucha de las pensiones, y no tengo la menor duda de que así sea, lo que no nos dicen es que han recurrido a ese fondo económico nacional, que debería haber sido intocable,  una y otra vez para pagar el despilfarro y los desmanes de una clase política que debería estar tras las rejas.

La lista de agravios a sus votantes, es interminable.  Sus consejos de ministros se encargan de sorprendernos cada viernes con una noticia peor que la del viernes anterior. No digamos, si tenemos alguna curiosidad, y nos miramos el BOE con alguna frecuencia. A esto, ellos y ellas, la Vicepresidenta, los Ministros, y cargos públicos populares, lo denominan medidas transformadoras y reformistas. El caso es que los hechos, lo que nos dicen los datos, en relación con la actuación del gobierno popular transformadora, es que nuestro país terminó el primer año de su gobierno con un déficit de casi 13000 millones de Euros, es decir, muchísimo mas abultado del que dejó el señor Rodríguez Z. protagonista por derecho propio de la mayor ruina económica, y no solo económica, que ha vivido España en su historia reciente. Así dicho no parece sonar tal mal, pero el significado de este soniquete es que cada español, yo misma sin ir mas lejos, tengo una deuda contraía, en nombre de mi estado de 3000 euros, y yo sin enterarme; también el bebé que ha venido al mundo en nuestro país hace unas horas, llega con el estigma de un deudor de tomo y lomo, gracias, entre otras cosas, al señor Rajoy.

No obstante, de todo lo dicho, y lo que no digo porque no tengo tiempo y tampoco tengo ganas, lo que me mantiene mas alerta de este inefable personaje,  es su estilo, o sea su espelde, que dirían gentes extremeñas que conozco bien; su mirada aviesa, su decir a  medias, esa sonrisa que recibo como un desprecio. No me gusta el alma que se le asoma a los ojos, esos ojos que buscan escondrijos donde guarecerse cuando alguien le pregunta lo que está en su derecho de demandarle y él tiene la obligación de responder, porque para eso, y  no para otra cosa, le pagamos el sueldo.

El señor Rajoy que llegó donde quizá jamás se imagino acceder, ni siquiera encaramado a la soberbia que le ha llevado a destruir el partido al que le debía todo incluso, su propia existencia política.  Como su antecesor, ambos, acceden al poder de la mano de catástrofes nacionales: con 200 asesinados y miles de heridos tirados en las calles de Madrid, en un caso, y en el otro, con 6 millones de parados preguntando airados que hay de lo mío. Ambos, son, cada uno en su estilo, personalidades políticas rayanas en lo ínfimo, quizá por eso son tan corrosivas, y su acción de gobierno tan perversa para una España que no da títere con cabeza.

En su descargo, habría que decir que no son otra cosa que el producto de lo que los españoles hemos elegido, aunque creo que el estafa perpetrada a los electores ha sido, con mucho, más evidente por parte del señor Rajoy. En el fondo, uno y otro, no son tan diferentes, mas bien al contrario. Las diferencias que encuentro son únicamente  de matiz y de estilo; en lo sustancial, el acuerdo entre los dos partidos y sus líderes es sólido, se ha convertido en una ley de hierro en lo fundamental: mantener a la ciudadanía en un perpetuo estado de docilidad y de mansedumbre, mediante el afianzamiento de  un régimen cada vez mas autoritario, en la medida que la separación de poderes es prácticamente inexistente, y Montesquieu, como diría el señor Guerra, ha muerto, con la estocada a manos del partido socialista y la puntilla en lo  mas alto del partido popular. La consecuencia la vemos con nuestros propios ojos,  las oligarquías de los partidos, de todo el arco político, incluyendo la izquierda mas radical y los nacionalistas, ostentaran sin sobresaltos el poder de manera alternativa, con alianzas carentes de dignidad y de decencia.  A esto último lo llaman, la paz social.


Desde la barrera se observa  un espectáculo interesante, aunque desagradable e incluso, a veces, doloroso. Es lo que tiene asomarse a la realidad y ceñirse a los hechos, que éstos, son pertinaces y terminan por imponerse, anidando, incluso de manera inconsciente en nuestra razón. No obsante, en ocasiones, contemplar las maniobras de los hombres de poder también puede tener su gracia.  Muchas veces se ponen ridículo intentando cubrirse las verguenzas de sus miserables corruptelas de partido. Rematando el atrezzo de este escenario patrio, no podemos dejar de prestar  atención a los reyezuelos autonómicos pringaditos hasta las cachas con sus depravaciones particulares la mayor parte de ellas referidas a la cosa del pecunio, pero no solo. En los últimos tiempos, y por si fuera escaso el material ofrecido por la casta política, hemos tenido que pasar los españoles por el bochorno de incluir en este vodevil sin una pizca de gracia, a la institución regia y aledaños, que tiene un poquito de todo,  y a la que no le falta de nada, excepto vergüenza, compartiendo el denominador común con todos los demás,  de llevárselo crudo. 


Así las cosas, veremos donde coloca el tiempo al jerifalte que nos toca sufrir en el momento presente, señor Rajoy y si sobrevive políticamente a las próximas generales. Yo, que tengo muy pocas ganas de participar en este aburrido trueque entre trileros, en que se ha convertido la política en España, solo lo haré con una intención: la de mandar al señor Rajoy al rincón que la Historia depara a los hombres que jamás merecieron el honor de representar a nadie, aquellos, que ni siquiera supieron  representarse a si mismos con un mínimo de dignidad; al rincón de los mediocres y de los mindundis, donde le espera su antecesor en el cargo señor Rodriguez Z, cuyo gobierno podría resumirse en dos escasas líneas. 

Ciertamente, que llegados a ese punto, se alza un interrogante ¿y después que? Bueno, después, Dios dirá o no dirá nada, pero al menos no tendré que ver el careto, de este personaje que desde siempre de mi dio mal palpito, y mala espina; cuyo espelde me resultó siempre tan desagradable, que me dio un tufo,  fatal. Hoy ya se porqué y estoy dispuesta a no olvidarlo.





domingo, 10 de marzo de 2013

11 DE MARZO DE 2004... In Memoriam


Nadie les devolverá la vida, nada nos devolverá la dignidad que perdimos cuando les asesinaron. Un manto oscuro de sospechas fundadas cubre de noche las intenciones de los criminales, mientras nos dicen, que ya no nos causaran dolor, que todo ha pasado, que ahora hay que mirar hacia delante. 

Utilizan el lenguaje de las plañideras, que lloran a cambio de una moneda y exhalan el grito pactado y firmado a escondidas en las cocina. No quieren preguntas porque no pueden permitirse la respuesta, y  se han puesto las togas para ser mas convincentes y  que la mentira, como tantas veces en nuestro país, nos llegue en forma de sentencia. Cuando las lagrimas se hacen presentes y la voz se quiebra en el vacío que ha dejado la ausencia de aquellos que ya no volverán, sacan del armario las corbatas enlutadas y dedican un minuto de silencio al viento, cansado y aburrido de tanta pantomima, al tiempo que nos repiten, que jamás volverá a suceder. Y yo me digo, porque lo que tenía que pasar, ya ha sucedido irremediablemente, y ya no queda nada que esperar. 

A los que murieron y lloraron, a los que se dolieron y sufrieron, a los abandonados, a los  tristes, a los que no les creemos, también a nosotros, nos dicen que nos acompañan en el sentimiento, y  mienten.  Muchos de nosotros, victimas y ajenos sentimos,   que un manto oscuro de sospechas fundadas ha cubierto la noche de silencios, y ha contaminado las palabras. Sabemos que demasiadas piezas no encajan en este puzzle de muerte y de ignominia. Los que murieron ya no tienen voz, y para nosotros, los que preguntamos, no hay palabras. 

Somos testigos indefensos de nuestro presente, españoles que exigen verdad y justicia  y solo encuentran los ojos que les mienten. Buscamos entre los escombros los restos de la dignidad  que nos arrancaron de cuajo en los atentados contra nuestra nación y nuestra libertad, el 11 de Marzo de 2004,  y apenas queda otra cosa, que el salto de página de una  novela policíaca de pacotilla.

Por los que murieron,  por los que lloraron, por los que se dolieron y sufrieron, por los tristes,  nosotros, los que sabemos que un oscuro manto de sospechas fundadas cubre de noche las intenciones de los criminales,  jamás dejaremos de preguntar, seremos, vuestra  memoria.



lunes, 4 de marzo de 2013

EL ALMENDRO ENAMORADO


Marzo llega con un frío que pela y, sin embargo, veo con sorpresa que el almendro del parque ha florecido.  Diminutos destellos rosáceos cuelgan de sus ramas, aquellas que, no hace ni un suspiro, me parecían esqueletos silenciosos y dolientes, aguantando impasibles y resignados, los vientos helados del Invierno en Madrid. Me pregunto, qué será de sus flores indefensas si, como todo parece, el frío no nos deja aún, y se queda  con nosotros un poco más, haciendo de las suyas y helándonos el aliento. El Invierno, envejecido, aún arrecia, todavía quiere hacerse notar, y aunque las horas del día parecen hacerse de chicle y estirarse y las mañanas hace días que son madrugadoras de luz, los aires gélidos golpean  el camino que recorro hasta el metro cada mañana, y me obligan a enfundarme las manos dentro de los guantes, que odio. Cuando paso al lado del almendro y le veo tierno y  brotado, vestidito de primavera, no puedo dejar de pensar en lo imprudente que ha sido,  tan impaciente por estrenar su mejor atuendo de domingo.

Quizá la ardilla, que vive en el parque, y corretea vigilante de los  nuevos habitantes en los nidos y demás aconteceres en sus dominios, le habrá advertido al intrépido, que aún es temprano y que, en lo más alto, la nubes no tienen la cara de agua, sino de nieve, y que, los fríos azules le helarán su alma recién florecida, sin haber dado tiempo a que los gorriones celebren la llegada de la Primavera en sus ramas, como les es merecido.

Y yo, me pregunto a mi misma, si al almendro, le habrá valido la pena la aventura de ser el pionero a toda costa, en este momento tan frío que vivimos. Aventurarse a tumba abierta por el tobogán de la existencia, sin miramientos ni remilgos, llevado del deseo de florecer y  de habitar la fantasía de ser, el elegido. Desafiar los hirientes látigos del Invierno, el helado fuego abrasador de los silencios que moran en el parque desnudo.  Y me contesta que si, firme y risueño. Que todo ha valido, no la pena, sino la gloria, de ser el primero en entregarse a los brazos de la fuerza vital que fecunda el tiempo; me susurra al oído que el astro, le ha prometido un beso. No un beso cualquiera, caído de la boca seca, a tontas y a locas. No. Un beso a conciencia; suspendido en el aire, con los ojos entornados y el alma abierta. Un beso, forjado al calor de una caricia, que sabe a luna y a miel. Un beso, blanco como las olas cuando se hacen espuma; bañado, en un manantial de rocíos y de  misterios.

Un fuerte viento ha soplado la noche pasada en Madrid. Hace frío, mucho frío. En el portal, me he vuelto a casa a por el paraguas, está lloviendo a cántaros. Acelero mis pasos y travieso con prisa el bosquecillo del parque; atajo por el sendero, intentando llegar a la boca del metro antes de que la lluvia gélida y persistente me cale hasta los huesos. 

Le veo a lo lejos, como es él, pequeño y redondo, aislado entre  los pinos poderosos y tristes que no le conocen. Habitante extranjero del parque, le dicen, mientras miran al suelo. Me acerco. Contemplo temerosa como es zarandeado violentamente por el aire y agita sus ramas en un  movimiento seco y frenético. Docenas de minúsculas florecillas se le arrancan del cuerpo para yacer y morir a los pies de su árbol, tejiendo una  puntilla primorosa que alfombra y amortaja  el deseo de color rosablanco,  en la tierra encharcada.

Me alejo. Se ha quedado detrás de mis pasos el joven almendro, más glamoroso y gentil que jamás le ví; semidesnudo, mirando al cielo. Sin volver la vista, al arbolito tejedor de sueños, dejo,  susurrando promesas de vida y de muerte, de ardiente  amor, llorando lágrimas de hielo.