domingo, 10 de marzo de 2013

11 DE MARZO DE 2004... In Memoriam


Nadie les devolverá la vida, nada nos devolverá la dignidad que perdimos cuando les asesinaron. Un manto oscuro de sospechas fundadas cubre de noche las intenciones de los criminales, mientras nos dicen, que ya no nos causaran dolor, que todo ha pasado, que ahora hay que mirar hacia delante. 

Utilizan el lenguaje de las plañideras, que lloran a cambio de una moneda y exhalan el grito pactado y firmado a escondidas en las cocina. No quieren preguntas porque no pueden permitirse la respuesta, y  se han puesto las togas para ser mas convincentes y  que la mentira, como tantas veces en nuestro país, nos llegue en forma de sentencia. Cuando las lagrimas se hacen presentes y la voz se quiebra en el vacío que ha dejado la ausencia de aquellos que ya no volverán, sacan del armario las corbatas enlutadas y dedican un minuto de silencio al viento, cansado y aburrido de tanta pantomima, al tiempo que nos repiten, que jamás volverá a suceder. Y yo me digo, porque lo que tenía que pasar, ya ha sucedido irremediablemente, y ya no queda nada que esperar. 

A los que murieron y lloraron, a los que se dolieron y sufrieron, a los abandonados, a los  tristes, a los que no les creemos, también a nosotros, nos dicen que nos acompañan en el sentimiento, y  mienten.  Muchos de nosotros, victimas y ajenos sentimos,   que un manto oscuro de sospechas fundadas ha cubierto la noche de silencios, y ha contaminado las palabras. Sabemos que demasiadas piezas no encajan en este puzzle de muerte y de ignominia. Los que murieron ya no tienen voz, y para nosotros, los que preguntamos, no hay palabras. 

Somos testigos indefensos de nuestro presente, españoles que exigen verdad y justicia  y solo encuentran los ojos que les mienten. Buscamos entre los escombros los restos de la dignidad  que nos arrancaron de cuajo en los atentados contra nuestra nación y nuestra libertad, el 11 de Marzo de 2004,  y apenas queda otra cosa, que el salto de página de una  novela policíaca de pacotilla.

Por los que murieron,  por los que lloraron, por los que se dolieron y sufrieron, por los tristes,  nosotros, los que sabemos que un oscuro manto de sospechas fundadas cubre de noche las intenciones de los criminales,  jamás dejaremos de preguntar, seremos, vuestra  memoria.