miércoles, 21 de mayo de 2014

ELECCIONES 25 DE MARZO. LA VOZ DE LOS PARTIDOS EMERGENTES

Están en campaña, eso dicen ellos, aquellos que ahora se ponen las pilas para pedirnos a los ciudadanos que movamos nuestro trasero para ir a los colegios electorales y meter en la urna que nos corresponda la papeleta que lleve su logotipo. Hace unos días, mientras me cepillaba los dientes, recién levantada a las seis y cuarto de la mañana para irme a trabajar, como llevo haciendo los últimos 30 años de mi vida, es decir desde me quité los calcetines, como quien dice, escuché en la radio a González Pons decir que rogaba, y suplicaba a los votantes del PP que, como siempre, respaldaran en las elecciones europeas al partido popular, y bla, bla, bla. Eso de la suplica, a esa hora de la mañana, y a penas asomada al mundo para comenzar el día, era superior a mis fuerzas y me dije a mi misma, ¡pues si que empiezo bien el día¡. Pensé, en ese mismo instante, que el lenguaje reptador lo comparten la víbora y el gusano, y que, en ambos casos, hay que desdeñar con radical actitud, el acercamiento a cualquiera de los dos, aunque a mi me da mas asco la pinta lamerona del gusano. No hay quien los aguante. No sabía yo, en ese momento, que nos quedaban puestas en ridículo memorables por parte de los dos grandes partidos nacionales.

Lo de Cañete no tiene nombre, no porque sus comentarios relativos a la inferioridad intelectual de su contrincante femenina estén carentes de sentido absolutamente. Yo también creo que la señora Valenciano parecer no parece muy brillante, y que se le conozca, fuera de su actividad política no le avalan ni importantes conocimientos ni aventajadas actuaciones profesionales. De manera que poner en duda la idoneidad y capacidad de la señora Valenciano no es tan descabellado. Pero don Miguel  no ha podido ser más torpe, por lo que he podido escucharle, que es únicamente la frasecita de marras y de su condena. Por supuesto, el debate ni lo escuche ni tampoco lo vi. No tenía para mi el más mínimo interés asistir al espectaculo vergonzoso de preguntas y temas pactados y acordados entre el PP y el PSOE. La candidata socialista dicen que estuvo en su actuacion “mas cercana” y el señor del PP “mas envarado”, por lo que la ganadora a los puntos fue, por supuesto, la de la “aproximación”. Vamos, que el desparpajo de doña Elena se comió por las patas en la tele al señor Cañete, que ni estuvo campechano, ni socarrron, ni ocurrente, como los que le conocen dicen que le es propio.

Estuvo, al parecer, poco divertido, numérico y funcionaril, y eso en los medios audiovisuales queda fatal, y le dieron matarile. Lo peor de todo, es que al día siguiente debía seguir noqueado y se fue de la boca con una bobada mayúscula propia del Pleistoceno, en el que la cosa iba de machos bien dotados de fuerza bruta, y las hembras estaban en lo suyo que no era otra cosa que lanzar feromonas a troche y moche.

Para que queremos mas¡. El Psoe se ha agarrado como a un clavo ardiendo al temita tan manido de menoscabo por género sexual, y no va a soltar cacho hasta dejarle a Cañete hecho unos zorros. La cosa la quiere centrar la izquierda socialista en la cantinela reivindicativa feminista. Es todo tan casposo y tan antiguo en unos y en otros que da pereza mental entrar en valoraciones un poco serias. Yo creo que el asunto no va de ningún otro género que no sea del genero tonto, que nos invade como una lava ardiente e imparable en la vida publica.

Entre tanto, el PP y el PSOE se despeñan cogiditos de la mano en la intención de voto, y eso que hacen lo indecible por neutralizar y silenciar las nuevas opciones políticas que se han presentado a la ciudadanía pidiendo su voto. En el partido popular, sobre todo, que no puede estar mas ensoberbecido ni mas perdido, ni puede resultar mas ofensivo ni mas patético, dicen que votar a partidos “pequeños” es tirar el voto, que lo fetén, y que lo nos conviene a los conservadores y liberales, a los ciudadanos de centro derecha es, votarlos a ellos.

Su problema, el problema del PP se llama VOX, y CIUDADANOS, pero sobre todo, VOX, el partido de Alejo Vidal Cuadras, Santiago Abascal, de Ortega Lara, de Gonzalez Quirós, de Espinosa de los Monteros y de tantos otros que se han unido a un proyecto político conservador, democrático, moderno y sobre todo ilusionante. Son nombres nuevos para trayectorias limpias, abiertas, que tienen mucho que decir, en un panorama político irrespirable por la corrupción que corroe el país de parte a parte, y en la que las fuerzas disgregadoras igual de corruptas que las nacionales han tomado la iniciativa y no están dispuestas a detenerse en su proyecto de desmembración de la Nación Española.

El Patido popular lleva gobernando dos años y medio, pero la traición política a sus votantes la llevó a cabo el Presidente Rajoy desde el primer día, desde su llegada a la Moncloa.

Estos dos años han sido de afrentas continuas a los ciudadanos que les dieron su confianza. Su política antiterrorista ha sumido en la desolación mas absoluta a las víctimas. No quiero entrar en este momento a pormenorizar su actuación este sentido, baste decir lo todo el mundo sabe, la indecencia imperante en la   toma de decisiones políticas, voluntarias, que han puesto en la calle a sanguinarios asesinos de Eta, violadores, pederastas, dando cumplimiento a los acuerdos llevados a cabo por Zapatero con la ETA. Su política económica sangrante, agresiva e inmisericorde con las clases humildes y con las clases medias, aunando recortes y subidas de impuestos rayanas en el latrocinio, hasta asfixiar a la ciudadanía, mientras mantiene intacto el chiringuito mastodóntico de la burocracia autonómica, municipal y central alimentado miles de empresas publicas y cargos de eleccion  y despilfarros oficiales, con las monedas que sacan de nuestros masacrados bolsillos. Su conchabeo con el Psoe, para repartirse la Justicia a fin de salvaguardar su intereses de partido, y blindarse en la impunidad, ante la ingente cantidad de casos de corrupción en las que están involucrados, no solo ellos, sino también las fuerzas sindicales de izquierdas y los partidos nacionalistas, fundamentalmente catalanes. Su política de medio pelo, trufada de ambigüedades en lo concerniente a los órdagos lanzados por los independentistas catalanes, que han llevado a la mas absoluta ruina a su comunidad autónoma, puliendose los fondos públicos en corruptelas y políticas separatistas, mientras que desde el gobierno central se ha abandonado la defensa y el cumplimiento de la Constitución en Cataluña. En el País Vasco, no se ha movido un dedo, ni se ha tomado una sola iniciativa para que las opciones políticas hoy en el poder surgidas desde las entrañas de la mismísima organización asesina Eta, estuvieran fuera del juego democrático hasta que los asesinos se entregaran a la Justicia, pidieran perdón públicamente y sin ambages a sus victimas, esclarecieran los asesinatos aun pendientes de juzgar.

Ciertamente, el Partido Popular ha heredado una situación nacional verdaderamente catastrófica en todos los sentidos. Eso ya lo sabían ellos, y lo sabíamos nosotros, los ciudadanos. La cuestión es que el comportamiento político del partido popular de Rajoy, no ha hecho otra cosa que ser continuador de las políticas de Zapatero, y por tanto, colaborador necesario de la insostenible situación de España, y su dudosa viabilidad como nación en un futuro cada vez mas inmediato.

Cuando escucho el desprecio con el que se refieren a los emergentes partidos nacionales, y sobre todo, a VOX, soy consciente de la inconmensurable estafa de la que somos victimas todos nosotros.
Nos dicen, que fuera de ellos no hay nada. Pretenden asustarnos con la existencia de un abismo mas allá del redil en el que prenden mantenernos adocenados, mansos, y temerosos. Nos mienten.

Ellos nos mienten, como lo llevan haciendo muchísimo tiempo.

Las nuevas formaciones políticas han nacido de la desolación que nos produce su inmoral y antidemocratica conducta política, y de la esperanza de que es posible que la vida polica, social y económica en nuestro país pueda mejorar, con la mirada puesta en otros actores y conductores de la vida pública. Tenemos derecho a refrendar otras opciones democráticas. Claro que si. Claro que tenemos ese derecho.

Tenemos absoluto derecho a  retirarles nuestra confianza porque nos han mentido, y eso, en política, es de las pocas cosas que son verdaderamente imperdonables.

Los ciudadanos debemos olvidarnos, en mi opinión, de votar opciones “ganadoras” de gobierno, porque atendiendo a eso, la oferta se reduce a mantener en el poder, a alimentar, a fortalecer, a aquellos que nos han traicionado. Votar Partido Popular, o Partido Socialista, o a los partidos nacionalistas en el poder, supone tanto como votar a su favor y votar en contra nuestra. Utilizando un símil futbolístico, los conservadores españoles votando Partido Popular meteríamos los goles en nuestra propia portería, y seriamos nosotros, nuevamente, los que perderíamos el partido en el que nos jugamos demasiado, porque se trata de nuestro futuro, del futuro de cada uno de nosotros, ni mas ni menos.

Nuestra intención al poner el voto, debería ser en primer lugar, votar a nuestro favor. A favor de nuestras convicciones, de nuestra moral, de nuestros valores. Esa debería ser la prioridad absoluta de nuestra participación democrática, con la mirada puesta en que el partido político que elijamos obtenga con nuestra participacion la capacidad para influir en la escena política. Que los “grandes” como a la señora Cospedal, llena de vácua vanidad, le gusta denominar al PP, dejen de ser gigantes para que se vean obligados a que su mirada se encuentre en el horizonte, necesariamente, con una ciudadanía que a través de sus representantes les van a pedir cumplidas cuentas de sus actuaciones.

Es imprescindible dar cabida a los partidos emergentes, oxigenar la vida publica, renovar el panorama político, y poner asi  un punto y final, a que los desmanes, el despilfarro y las corruptelas sigan saliéndoles gratis a aquellos que han pactado vergonzosamente gobernar a favor de sus intereses de partido, y en contra de los intereses de los ciudadanos.

Es necesario, hoy mas que nunca, votar desde la libertad, desde la conciencia y desde la memoria. Debemos hacer el esfuerzo de reflexionar sobre lo que ha pasado en nuestro país en los últimos años.¿Cuantos? Da igual, que cada uno ponga el punto de partida donde considere, pero preguntémonos muy seriamente si estamos dispuestos a seguir confiando en aquellos que nos han conducido por acción o por omisión al momento en el que ahora nos encontramos. Yo, no estoy en absoluto dispuesta y no me planteo si mi voto, mi opción política elegida, lo será también por muchos o pocos de mis conciudadanos.

Por primera vez en muchos años, voy a votar el día 25 con ilusión, con esperanza, y sobre todo, con coherencia. Yo seré una de los ciudadanos votantes de un “partido pequeño”, de un proyecto recién nacido, de una voz que a penas se deja escuchar, bajo la ley de hierro del poder en las comunicaciones, pero que habla y propone una realidad democrática por la que yo creo vale la pena apostar.


He decidido no votar a los ganadores. Yo, he decidido confiar en los mejores, y estoy encantada con mi decisión.