Dia 26 de febrero de 2020, a estas horas, en el Palacio de la
Moncloa, sede de la Presidencia del
Gobierno de la Nación española, esta teniendo lugar la reunión de Pedro Sánchez
líder del Partido Socialista con Quim Torra, Presidente del Gobierno autonómico
de Cataluña. Hasta aquí los hechos, que nada tendrían de particular ni de
noticiable si no fuera porque los dos personajes protagonistas de la misma
llegan a la cita desde comportamientos políticos que causan enorme preocupación.
El político socialista, desde la mentira. El independentista, desde la
delincuencia y el atentado golpista.
El PSOE travestido de “sanchismo” ha alcanzado las mas altas
cotas de ignominia que pudiéramos imaginar. A sus 140 años de presunta honradez
tiene que añadir hoy el aquelarre que celebra contra España, blanqueando y
dando carta de naturaleza, en abierta negociación, al representante de la
formación independentista que ha llevado a España a una crisis territorial sin
precedentes en las ultimas décadas y a Cataluña a una fragmentación y
enfrentamiento social de gravísimo alcance. Las calles de una Barcelona en
llamas en la que la violencia se derramaba como un torrente a duras penas
contenible, es el inmediato recuerdo que guardan los españoles en su retina.
Encapuchados practicando terrorismo callejero, alentados y protegidos por las autoridades políticas
catalanas se han pasado por el forro de su voluntad totalitaria las libertades
constitucionales y el inalienable derecho de ser español en España en sus
cuatro puntos cardinales, obviamente incluida Cataluña. Nada de todo esto ha sido
suficiente para que el Partido Socialista en la persona del hoy presidente de
gobierno, mantuviera un mínimo de decencia política y se situase del lado de la
Constitución y de la Democracia.
El Partido Socialista ha tomado su decisión, la única
imposible de dignificar, la de mantenerse en el poder de la mano de aquellos
con los que ningún líder europeo a dia
de hoy compartiría ni los urinarios por mas necesidad fisiológica que le
urgiera. Comunistas e independentistas, o ambas cosas, cuyo historial esta
plagado de acciones y omisiones que en si mismas constituyen actos de una
inmoralidad radical y peligrosísima para la libertad y la democracia. El
Partido Socialista no le hace ascos a nada. Va camino de convertirse, en una arcada en si mismo
Hemos visto estos días como Maduro le tiene trincado por la
coleta a Iglesias. Por lo que vamos sabiendo, y dándole tirones de los rizos, avisa entre risitas que se ande con ojo, y que
el mandado que traía en las maletas la señora Delcy Gutiérrez y en su mismísima
lengua, son secretitos al oído para el señor Abalos. No en vano el inefable, también socialista
Zapatero, lleva según creo que mas de cuarenta visitas a Venezuela. Dios los cría,
dicen, y ellos se juntan. No hace falta ser un genio de las matemáticas para
darse cuenta de que el oficio de correveidile de dictadores sanguinarios no debe
ser oficio mal pagado, para un menda que
puso de manifiesto ante medio mundo y cada vez que se le presento la
oportunidad, para nuestra desgracia, que
no se puede ser mas torpe para las cosas del intelecto ni mas nocivo en
la gestión de los problemas de España.
Los ciudadanos, entre los que me encuentro, tenemos como es
obvio, nula información directa de lo que se cuece entre las bambalinas del
poder, lo que no significa que poniendo un poco de atención y observando como
los acontecimientos se suceden ante nuestros propios ojos, no podamos al menos,
formularnos interrogantes que resultan a la postre casi tan esclarecedores como
las certezas.
Hoy Sánchez juega al mus con Torra, y es España la que se
arroja al mantel. Cuando la oposición, PP, CS, o Vox se lo recrimina y le pone
el punto sobre las ies, recordándole la naturaleza delincuencial de sus
interlocutores, contesta airado y con la mandíbula a punto de saltarle las
muelas, que la derecha no comprende la diversidad de España. Es el mismo
discurso zapateril, de entenderse con el escorpión para conservar el aliento un
rato y por supuesto, hacerlo en el machito, y por supuesto, llenándose la
faltriqueras. Sánchez es el alumno aventajado de Zapatero. Y digo aventajado no
porque en lo que concierne a la materia gris me parezca mejor dotado. No. Lo
dos comparten su inanidad previa al encumbramiento prefabricado que se sacó de
la manga el entramado mediático, económico, y cultural que controla desde hace décadas
Partido Socialista, que lo mismo sirve para un roto que para un descosido. Entramado, que por cierto, ninguna de las mayorías
gubernamentales del Partido Popular estuvo dispuesto a desmontar o por lo menos
a situar en un ámbito de neutralidad ideológica.
Ni Zapatero ni Sánchez conocen el límite, las líneas rojas
de la decencia política de la lealtad institucional, sin embargo Sánchez suma a
su desvergüenza (y que no se interprete como insulto a su persona, sino como
mera descripción de actitudes) su inconmensurable ambición, lo que le dota de
una curiosa capacidad de resistencia, que no es la resistencia que emana de la
fortaleza interior forjada en valores o principios, sino de la debilidad, de
una especie de adicción al poder que parece permitirle ignorar cualquier obstáculo
que pudiera interponerse entre la realidad y su indómito deseo de poder. Por lo
demás, una persona incapaz de elaborar su propia tesis doctoral y de aguantar
el tiron de que semejante marronazo le salte en los mismísimos morros sin despeinarse, da muchas pistas sobre la
correosa naturaleza del personaje. A partir de aquí, le hemos visto y oído,
decir lo contrario de lo contrario en relación con prácticamente todos sus
compromisos políticos y sus promesas electorales. Se pone de los nervios Sánchez
cuando se lo recuerdan pero es que, esta
la red llanecita de sus muchísimas manifestaciones convertidas en el cachondeo
padre (y madre, para que no se ponga de morritos la ministra cónyuge Montero) en las sus declaraciones son un
mareante trasiego de contradicciones, en las que con esta milonga me desdigo de
esa otra, y con la otra, de esta y axial hasta ponernos la cabeza modorra a
nada que le prestemos atención. A veces, francamente, me ha parecido
verdaderamente sublime la capacidad de Sánchez para mostrarse patético sin un ápice
de pudor.
La esencia del Partido Socialista en democracia ha sido la
mentira, aunque no solo, porque es verdad que ha unido a este pecado, el de la avaricia y la soberbia. Sin embargo,
ha sido en la mentira en el que se ha especializado hasta alcanzar inusitadas
cotas de excelencia. Porque, si ciertamente los dirigentes socialistas son
maestros en propiciar políticas de latrocinio y corrupción, de los que tenemos
abundantísimos ejemplos que ilustran con contumacia esta afirmación en
prácticamente todas las administraciones, desde Felipe González hasta aquí, son,
además, los adalides de la soberbia, haciendo permanente exhibición de la
supremacía moral de la que se consideran investidos. La machacona matraca de
los de los 140 años de honradez estoy segura de que se lo creen, y lo dicen en
serio, convencidos de que están imbuidos de una superioridad que emana de las
cuatro letras de sus sacrosantas siglas; porque ellos lo valen, incontestables
y blindados frente a sus oponentes políticos. Viven los socialistas en una
burbuja de vanidad y soberbia en la que reconocen en su ADN su exclusiva vocación,
capacidad y sobre todo legitimidad, para
ejercer el gobierno y manejar el poder, siempre a su antojo. Son artífices expertos en “democracias”
sui generis, en las que la “derecha” debe ocupar el lugar que le corresponde,
que no es otro, que el de ser comparsa de la farsa democrática que se montan en
cuanto tienen la oportunidad. La oposición es la necesaria figura de paja para dar un cierto
barniz de modernidad a una forma casposa, retrograda y liberticida de entender
la política, en la que, en el mejor de
los casos, hay que mantener al oponente político, en estado catatónico, y con
la respiración asistida controlada para que no palme, sosteniéndole con una vida escueta, sorda, muda y ciega,
a la que de vez en cuando, se la permita decir amen.
Sin embargo, lo que en mi opinión nos ha traído hasta aquí,
hasta la reunión de esta tarde de Sánchez con Torra, poniendo el sistema
constitucional español y a la propia Nación a los pies de los caballos
desbocados separatistas, ha sido la mentira.
Sánchez es un mentiroso. Tenemos un Presidente de Gobierno
en España que ha gestado su protagonismo político, desde la mismísima moción de
censura al gobierno de Rajoy, cada vez mas lejana en el tiempo, en la falsedad en
todos los ordenes, en todos los ámbitos, en cada ocasión que ha tenido de
solicitar la confianza de los ciudadanos, de los electores.
Sánchez ha incumplido su palabra dada, el compromiso
adquirido con la ciudadanía una y otra vez
y lo ha hecho con absoluta impunidad. Pero no solo eso, su engaño ha
sido total, absoluto, radical, porque nada mas cerradas las urnas, inicio el
camino del abuso totalitario del poder, tomando decisiones abiertamente
contrarias a lo comprometido con los electores durante meses, e incluso, hasta
unas horas antes del cierre de campaña. El resultado hoy es de todos conocido.
El Partido Socialista toma el gobierno de España apoyado únicamente,
exclusivamente, por sus socios que son el golpismo catalán, el filoterrorismo
de ETA encarnado por Bildu, el independentismo posibilista y chantajista del
PNV, y el comunismo de Podemos cuyos vínculos con los narcoestados populistas sudamericanos,
especialmente, con el repugnante régimen criminal de Maduro y el régimen Iraní,
son inimaginables, inauditos, en ningún país
europeo.
La justificación para esta descomunal estafa a la democracia
por parte del Partido Socialista, abanderada en este caso por Sánchez, es también,
como no podía ser de otro modo una mentira que sonroja, no tanto por la ira que
pudiera provocarnos, como por la hilaridad a que induce su patética
argumentacación basada en los conceptos del progresismo y la diversidad,
sobados ambos hasta hasta la saciedad, convertidos en mantras que ya hieden. Sánchez
se ha puesto hoy el traje de progresista diversificador
para ir a recibir a Torra en un
escenario con atrezzo adecuado a la recepción de un jefe de estado de un país
extranjero. El golpista Torra, ha dado una rueda de prensa para decir que tiene
colocada la suela del zapato en el gaznate de Sánchez, y que por ahora, le va a
mantener tieso, hasta la próxima reunión que han acordado de carácter mensual. La
portavoz del Gobierno, obvio la calificación de la forma de su expresión porque
solo hay que verla y oírla para que se califique ella solita, pero podría
obviar igualmente el contenido de la misma, porque sencillamente no ha dicho
nada que no sea un chorro de verborrea vacía, inconcreta, indefinida, y cuyo
objeto no ha sido otro, que nuevamente mantener en el engaño a la ciudadanía.
Nada sorprendente, por otro lado. Mas de lo mismo.
Lo que el presidente de la mentira ha acordado con el
golpista catalán, sencillamente no lo sabemos, como tampoco conocemos las
guarrererias, llamémoslas diplomáticas que han llevado a Abalos a entrevistarse
de manera clandestina al estilo de Mortadelo y Filemon, en el aeropuerto de
Barajas con la segunda de Maduro, Delcy Gutierrez, alta representante del régimen
asesino venezolano. La experiencia debería ayudarnos a enfocar nuestro análisis
haciendo de la desconfianza el eje vertebral del mismo, que es la única arma
verdaderamente eficaz para afrontar la mentira con lucidez.
Ambos políticos, Bachees y Torra, son un peligro para
nuestra Constitución, para la pervivencia de nuestra nación y para la
estabilidad política. Lo que conviene al independentismo catalán (y vasco) es lo peor que a España le puede suceder. Lo que le conviene
al PSOE, y particularmente a Sánchez, es llegar a acuerdos con aquellos cuya única
vocación es la destrucción de nuestro país. Los independentistas no nos engañan.
En Cataluña segregan a como apestados a los catalanes orgullosos de ser
españoles, espían a los niños castellano parlantes en los patios del
colegio, acosan a los hijos de las fuerzas
de seguridad en sus aulas, persiguen a los comerciantes no independentistas,
amenazan a los políticos constitucionalistas, manipulan y tergiversan la Historia,
segregan la cultura española, insultan la bandera y el himno nacional, no reconocen y desprecian al Jefe del Estado,
el rey Felipe VI…El independentismo catalán no se esconde. No se anda con paños
calientes. Nos insulta a la cara y a cara descubierta. Siempre. A todas horas.
Que parte es la que no se entiende?
El independentismo vasco, hace décadas que lo conocemos profundamente,
dolorosamente. Nos ha asesinado en nuestras calles, nos ha robado,
extorsionado, aterrorizado en cada pueblo de Vascongadas. Ha empujado al exilio
en tiempos de democracia se calcula que a mas de doscientos mil españoles
vascos. Mientras el PNV siniestro meapilas ejercía de visitante dominical de sacristías donde solo habitaban
los demonios de la cobardía, el racismo, la xenofobia y la inmisericordia. Los políticos
vascos nacionalistas abandonaron en su indefensión a las victimas inocentes hasta
considerarlos las nueces ensangrentadas que recogían del árbol de la vida, que
como recordó el despreciable Arzalluz, agitaba
ETA a golpe de bala y dinamita. El PNV experto en negociaciones con Madrid,
mantenedor de gobiernos a cambio de objetivos competenciales expertos extorsionadores
para su enriquecimiento insolidario. Que parte es la que no se entiende?
Y apuntalando la destrucción de nuestro régimen
constitucional, como siempre en la historia de España, la sombra del comunismo,
se cierne sobre la supervivencia de nuestra nación, la prosperidad y el
progreso de la ciudadanía, y nuestra Libertad. El escaso conocimiento que
tenemos de la actividad que los lideres
de Podemos ha llevado a cabo asesorando
a regimenes populistas y criminales como es el caso del régimen de Chávez, hoy
de Maduro, nos permite intuir la gravedad de su presencia en el gobierno de Sánchez.
Conocemos de donde vienen y sabemos hacia donde se dirigen. Ahora es España el
laboratorio y nuestra libertad será la primera victima del ejercicio de su poder
y su influencia. Que parte es la que no se entiende?
Pese a todo, hay una España que no olvida. Que no perdona.
Que se mantiene alerta, atenta, desconfiada y cauta. Una España a la que no
engañan. Que comprende, de cabo a rabo, la oración al completo: sujeto, verbo y
predicado. Tenemos ojos y oídos, y memoria. Reflexionamos, y sabemos, a ciencia
cierta, que nos mienten.
Nuestra vida no es la política. Nuestra vida son los
nuestros, nuestro trabajo, nuestros vecinos, nuestros amigos. Nuestros hijos,
nuestros padres… nuestros libros, el cine que nos emociona, la música que necesitamos… Nosotros no somos políticos.
Somos agnósticos, católicos, ateos… pobres, y ricos. Somos estudiantes, médicos,
albañiles, conductores de autobús, o ingenieros. Somos hombres y mujeres,
jóvenes o viejos, podemos tener cualquier raza, cualquier preferencia sexual…
No somos políticos.
Somos españoles atentos a nuestro tiempo presente, y nos
sentimos unidos por el hilo de la historia a nuestros abuelos y nos sabemos
honrados y agradecidos a nuestros antepasados hacedores de sueños.
Somos la España del Siglo XXI, abierta al mundo y al futuro. Porque existe
la España que no ceja, que no se rinde.
Porque sabemos que nos mienten. Porque tenemos voz y tenemos palabra. Somos la España de la resistencia.