domingo, 13 de noviembre de 2011

ELECCIONES 20 DE NOVIEMBRE. UNA RAZON PARA VOTAR...

Se acerca la fecha que marca el final de la legislatura del segundo gobierno consecutivo socialista,  Domingo 20 de noviembre. Llegamos sin resuello, medio noqueados, con el agua al cuello y boqueando. El viejo presagio lanzado como una maldición gitana sobre los españoles, tiempo ha, por el tenebroso socialista Alfonso Guerra, cuando el tipo mandaba lo que González le permitía (que era mucho), se ha cumplido con creces. A España no la conoce ya ni la madre que la parió.

Se le han ido cayendo a la nación, en estos últimos años,  sus vestiditos de oropeles de todo a cien y la realidad se abre paso a grandes zancadas, arrasando las esperanzas y los ensueños de los ciudadanos; aplastando, como una apisonadora, los restos ajados ya, de una fiesta en la que los españoles no hemos sabido mantener la compostura, nos hemos pasado de vuelta, y hemos perdido los papeles. Ahora, andamos dando tumbos de aquí para allá aturdidos y despistados, intentando encontrar la salida para volver a casa, amnésicos y estupefactos, con la cabeza dolorida y los pasos torpes y espesos. Resacosos y entontecidos por la jarana, aun no nos hemos dado cuenta del todo de que la casa a la que queremos regresar la tenemos hipotecada, que la cuenta bancaria hace tiempo que se ha teñido de rojo, y que, acostumbrados como estábamos a ir en alpargatas, los zapatos de plexiglás nos han hecho llagas y nos cuesta un triunfo retomar el camino de vuelta.

Se acabó lo que se daba y la diversión ha tocado a su fin. Los alemanes se han puesto bordes, así, como se ponen ellos, que no tienen ni  pizca de gracia, no como nosotros, que a todo le encontramos el chiste. Debe ser este Sol tan nuestro, que nos hace, pues eso, más alegres y más divertidos. Y van, y nos dicen con esa cara de vinagre que Dios les ha dado, que no ponen ni un euro más para pagar el cachondeo nacional que nos hemos traído los españoles en los últimos tiempos. Estos, los alemanes, que pese a todo son gentes sobrias y prudentes, y a discreción y buenas maneras no hay quien les gane, primeramente nos han dicho en la oreja del presidente Rodríguez que era ya hora cumplida de devolver lo que debemos. Nos lo dijeron por primera vez ya hace más de tres años, así, suavecito y sin dar mucho el cante. Después venga celebraciones de eso que llaman "cumbres", reuniones con el FMI, del G 20. etc, y nosotros, a lo nuestro, ni una mala palabra ni una buena acción; a montar embajadas catalanas allende los mares, y ERES corruptos de proporciones gigantescas en Andalucía, dos botones que bien sirven para muestra de lo que es la España del Gobierno socialista: un gran patio de Monipodio, un campo abonado para el latrocinio, donde chorrea el despilfarro y los abusos del poder público por los cuatro costados.

Los gobernantes socialistas no se han cortado un pelo, y para seguir manteniendo el elefantiásico chiringo en que han convertido a España en medio de la crisis internacional que estaba cayendo, han recurrido a pedir prestado a los vecinos empeñando hasta los pañales de los escasos bebes que nacen en nuestro país. Una gran deuda se cierne sobre las cabezas de cada ciudadano español, que como espesa bruma ha comenzado a asfixiarnos. Lo debemos todo, es más, debemos hasta lo que no hemos ni soñado tener. Ahora el presidente Rodríguez les dice a los prestamistas que no tiene cash, que estamos sin blanca, que nos hemos pulido en risas lo que debimos emplear en libros; que los bolsillos los tenemos pelados y no encuentran acomodo en las costuras ni las chinches. Con un morro que se le pisa, les pide tiempo a ver si toca la flauta Bartolo y la crisis amaina. A ver si subidos al portante del carro del que tiren otros, ellos mismos sin ir más lejos, somos capaces de llegar a alguna parte, de salir del agujero en el que estamos pringados de lodo hasta las cachas. Pero no cuela. Ya no cuela la mandanga. Porque, por ahí fuera no tienen el salero que tenemos los españoles, ni tanto gracejo, ni la Merkel sabe decir esas cosas tan bonitas e ingeniosas como aquello de ..."el viento no es de nadie... ¿Cómo era aquello del viento, tan poético que se le ocurrió al presidente Rodríguez...? Tampoco tienen responsables del Estado que igual sirven para compartir mesa con terroristas que para mandarlos a la tumba de un balazo, que va, ellos tienen costumbres muy extrañas, como cumplir y hacer cumplir la Ley. Ni compran jueces, ni venden medallones y galones a cambio de tenebrosos silencios y servicios. Son  así de raritos, ya ven. Pero, gilipollas no son, francamente, y a los alemanes, se han unido los franceses, y hasta el presidente de USA, el de encuentro intergaláctico según la señora ministra Pajin. ¡Qué momento memorable aquel, que buenísimo rato nos deparó la señora ministra con aquella ocurrencia del encuentro interestelar de los dos mandatarios, el señor Obama y nuestro Rodríguez, ¡qué momento, Dios, qué momento¡