lunes, 28 de diciembre de 2009

LEY DE IGUALDAD… “No es eso, no es eso…”

Leo en la prensa que está en proyecto en el Reino Unido, impulsada la Ministra de Igualdad y apoyada por el Partido Laborista, la ley que pretende obligar a la Iglesia católica a ordenar sacerdotes a mujeres, hombres sin compromiso de celibato, personas que se han practicado operaciones de cambio de sexo, homosexuales activos, ciudadanos que mantengan estilos de vida abiertamente promiscuos, o realicen cualquier otro tipo de actividad que sean reconocida como un forma legal de expresión sexual. Así las cosas, la Iglesia Católica podría ser perseguida por discriminación sexual si rechaza en la ordenación sacerdotal a estos grupos de personas.

La famosa y triste frase de Ortega y Gasset, “No es eso, no es eso”, ante la deriva que tomaba el gobierno de la Republica del 31, preámbulo de su abandono de la política, refleja fielmente cual es mi parecer respecto a las leyes que en Europa se están promulgando con el objetivo, dicen, de conseguir la efectiva igualdad entre mujeres y hombres.

La desigualdad discriminatoria que a lo largo de la Historia ha expulsado a las mujeres, por activa y por pasiva, de la vida social, política, económica, artística, intelectual e incluso sexual está tan asumida como una realidad histórica en nuestra sociedad que hace innecesario incidir en su reconocimiento. Sin embargo hoy, después del largo camino recorrido con durísimo esfuerzo hasta la conquista y el reconocimiento de la igualdad de derechos de las mujeres podemos constatar como este logro se ha plasmado en el marco más amplio de reconocimiento de derechos y libertades para todos ciudadanos en las Democracias occidentales. Los países de nuestro entorno cultural en su totalidad han hecho suyos los Derechos Humanos de carácter universal trasponiéndolos de manera mas o menos explícita a sus Cartas Magnas, y en el caso de la Unión Europea, incorporándolos a su acerbo comunitario. Los principios fundamentales de Libertad e Igualdad para todos los ciudadanos están recogidos con toda claridad en todos los ámbitos jurisdiccionales. La Constitución Española es un ejemplo mas de esta realidad cuando afirma que los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social. Esta igualdad es también es reconocida, protegida, y tutelada por la Ley (en sentido amplio en nuestro Código Civil y nuestro Código Penal), de manera inequívoca después de décadas de valiente y trabajosa y frecuentemente, dolorosa reivindicación

No obstante, parece que para el gobierno laborista británico y para el socialista español el despliegue legislativo no es suficiente para garantizar la igualdad de derechos o de oportunidades entre los dos sexos. No. Nos dicen que la igualdad efectiva no se ha producido y que es necesario "actuar" en consecuencia. De manera que crean y desarrollan instancias burocráticas de todo orden, destinan recursos económicos y sobre todo, legislan al respecto. Así nos encontramos de con las Leyes de Igualdad, impulsadas por los recién estrenados Ministerios de Igualdad (creados ad hoc, por cierto), en el que la única igualdad que se contempla es la igualdad (o, más bien, desigualdad como veremos mas adelante) de género.
Como no se trata de que hagamos un examen exhaustivo de carácter legal, abordamos con trazo grueso el principal contenido de la Ley, que no es otro que la imposición de la paridad “si o si” entre los dos sexos en todos las esferas de la vida social susceptibles de ser intervenidos (que desgraciadamente son prácticamente todos) por vía legal, bajo el principio “Presencia o composición equilibrada” de aplicación a los Consejos de Administración de la empresas, Listas electorales, que en la esfera política también se incide obligando a la representación equilibrada de ambos sexos en los nombramientos de Consejo de Ministros, en los tribunales de selección de empleo público. No se olvida la ley del poder económico, y se «insta» a las grandes compañías cotizadas en Bolsa a incorporar a mujeres en sus órganos colegidos para llegar en un plazo de ocho años a un mínimo del 40% en el número de consejeras, en los equipos de gobierno de las Universidades, etc., etc. podríamos seguir poniendo ejemplos en los que la Ley interviene activamente.

He leído hace unos días la Ley con sincero interés y francamente, me he quedado aturdida y espantada, sobre todo cuando aborda la tipificación del acoso sexual, en razón de sexo, e invierte la carga de la prueba de modo que sea el acusado quien deba probar la falsedad de las imputaciones y demostrar su inocencia, y no al denunciante demostrar los hechos. Sin ningún miramiento, se machaca literalmente el principio de la presunción de inocencia, pilar básico de la demanda y el ejercicio de la Justicia.

Ahora, nos encontramos con la tremenda paradoja de que para proteger los derechos a la igualdad de las mujeres, se ha optado por destruir el derecho a la igualdad de todos los ciudadanos, obviamente, también de las mujeres; con la creación del Ministerio de Igualdad, los peores presagios se han cumplido y me temo que aun queda un largo recorrido de agresiones que tienen como diana nuestra Libertad.

Y es que resulta que la ley que cada vez que reivindica un derecho para la mujer lo ignora para el hombre. Veamos algunos ejemplos:

1 La discriminación de género únicamente puede afectar a la mujer no al hombre, por lo tanto, no es necesario protegerle de los actos discriminatorios.
2 Entiende la Ley por acoso sexual, cualquier acto que produzca el efecto de atentar contra la dignidad de la mujer, independientemente del acto o de la intención. Por lo que no es necesario que el acto sea objetivamente punible.
3 La discriminación positiva, con los privilegios que de ella se pueden derivar, no se aplicará en ningún caso, y en ninguna circunstancia a los hombres.
4 Se promoverá de manera específica las actuaciones en materia de salud que afecten a la mujer. Por ejemplo, se destinaran mayores recursos a la prevención del cáncer de mama que al cáncer de próstata.
5 Las mujeres emigrantes tendrán preferencia para acceder a una Vivienda de Protección Oficial de adjudicación directa sobre los hombres españoles.
6 La publicidad que muestre a la mujer de manera denigrante será perseguida, no así la que muestre al hombre como torpe, estúpido o incapaz para realizar actos de elemental sencillez como, por ejemplo, poner una lavadora.
7 En el aspecto de la promoción empresarial y a igualdad de idoneidad, los hombres se pueden ir olvidando de la misma.

Así podríamos seguir...

En esta misma línea, el ejecutivo que preside Sr. Rodríguez Z. a través de su Ministra Sra. Aido, ha puesto en marcha un Teléfono de “orientación” destinado a los hombres en particular que tratará de resolver dudas sobre la corresponsabilidad en el cuidado de los hijos y en las tareas domésticas, relaciones paterno-filiales, y resolución de conflictos y crisis de pareja. Vamos como el consultorio de Elena Francis que sonaba en la radio de los 60 todas las tardes a la hora de la merienda, pero a lo socialista-progresista. Para este esencial servicio al ciudadano “hombre” se ha destinado 1,4 millones de euros, (234 millones de las antiguas pesetas) con la que esta cayendo en España en materia económica y la ruina que tenemos encima.
En opinión de la Sra. Aido, es necesario” asentar las bases de un nuevo modelo de masculinidad que se adapte a esta sociedad del siglo XXI" porque "los hombres mayoritariamente siguen asumiendo sus roles tradicionales y no han sido capaces de adaptarse a nuevos roles". Según la ministra, muchos de los hombres que se ponen en contacto con su ministerio "están muy perdidos ante el inicio de la ruptura del sistema patriarcal".

El modelo. Esa es la cuestión. Pero que no pretendan engañarnos, que no hemos nacido ayer, ni todos tenemos encefalograma tirando a lineal. Porque el origen de toda esta movida está en la voluntad por parte del poder (en este caso socialista) de imponer un modelo social estructuralmente acomodado a la ideología de genero y a su interés de permanencia del poder. Los vocablos “ingeniería social”, definen con bastante precisión el asunto, por otro lado, nada nuevo en regimenes con vocación autoritaria. Evidentemente se “vende el proyecto” con el celofán de la actitud progresista, y el lacito de la igualdad, a ver si las mujeres se lo compran. Como si, efectivamente, las mujeres fueran seres que padecen de una debilidad extrema. Como si los principios que inspiran los Derechos Humanos no fuesen suficientes para protección efectiva de su igualdad. La imagen doliente de la mujer víctima y poseedora de una peculiar naturaleza hace necesaria la tutela paternalista del Estado para cuidarla, protegerla y defenderla de los hombres “inadaptados”. Pareciera que las mujeres no hubieran pisado suelo terráqueo desde el principio de los tiempos; que hubieran sido seres incoloros, inodoros e invisibles, cuya presencia en la Historia y su aportación a la construcción de la Sociedad en su devenir histórico hubiera sido neutra, ignorando que, son precisamente las mujeres, en todas las formas de sociedad humana y desde siempre, las transmisoras de valores sociales imperantes, incluso de los valores y prácticas mas perniciosas para las propias mujeres como las aterradoras mutilaciones sexuales (ablación clítoris). Pero este es un asunto que por su complejidad sociológica valdría la pena abordar de manera mas detallada.

Desde la ideología de genero que el socialismo-progresista hace suya, no se persigue la igualdad entre hombres y mujeres, sino que se pretende negar la diferencia entre los mismos, argumentando que el origen del genero es una construcción cultural, susceptible (como todo en el relativismo cultural) de ser demolido, modificado, dirigido y manipulado con la adecuada actuación de los innumerables tentáculos del Estado penetrando por las ventanas de nuestros hogares a través de los medios de comunicación, aleccionando a nuestros niños en las escuelas con la abyecta Ley de EpC, ahogando y desnostando determinados valores y sembrando/imponiendo los adecuados a su conveniencia política de control sobre los ciudadanos y de permanencia en el poder.

Eso que Aido llama, “la ruptura del poder patriarcal” se ha apuntalado con la utilización y la difusión de determinado lenguaje, aparentemente inocuo, pero indispensable en la estrategia diseñada de imposición de un determinado modelo de sociedad. Algunos ejemplos: los términos Padre y Madre, se han sustituido por Progenitor. Marido y Esposa, pon cónyuges; Hombre y Mujer, por Pareja. Al aborto se le denomina: interrupción del embarazo y se enmarca en los términos “salud reproductiva”. A la masturbación se le llama aprender a quererse; a la pederastia amor intergeneracional. Como vemos el lenguaje es el primer elemento a controlar para manipular la conciencia y la percepción de la realidad.

En este contexto, siguen legislando, y a golpe de Boletín Oficial del Estado las adolescentes tienen acceso a la píldora del día después, y a meterse un buen chute de hormonas, el día “después”, o el “mismo día”, todos los días que les parezca oportuno. También desde los 15 años pueden las adolescentes solicitar la administración de la píldora de los cinco días, y, entonces el chute es una bomba hormonal. En la franja de edad de la adolescencia, desde los 16 años mujeres casi niñas pueden abortar, sin compartir con nadie su decisión, ni siquiera con sus propios padres. Los abortos se pueden practicar hasta las 14 semanas de embarazo sin alegar otro motivo que la voluntad personal, en la que por cierto, el padre no tiene ninguna oportunidad de hacer valer su discrepancia, aunque el hijo engendrado también sea suyo.

Dicen desde los ámbitos progresistas que las mujeres ganan con toda esta transformación en independencia, autonomía, libertad de elección ¿Si?

Yo, lo veo de otra forma. Es muy simple. ¡¡Que dejen en paz a las mujeres y a los hombres¡¡. Que se metan por donde les plazca sus ridículas y humillantes cuotas de participación femenina. Que saquen sus zarpas de la educación escolar de los niños en todo aquello que competa a la orientación moral, asunto este concerniente a los padres en primerísima instancia.

Que dejen de husmear en nuestra vida privada, opinando y ordenando “institucionalmente” como distribuimos los tiempos domésticos los ciudadanos en el seno de nuestra familia; porque lo hacemos sencillamente como nos da la gana, y si esa resulta no ser la mejor opción para la mujer o para el hombre, es asunto de la pareja resolverlo, o es que se presupone que a las mujeres “les falta un hervor” y ni siquiera pueden resolver sus asuntos domésticos en colaboración o en contraposición a sus compañeros sin la ayuda de “papa-estado-progresista”.

Añado, que el tema no pasa porque las mujeres puedan atiborrarse de hormonas para protegerse de un embarazo. No. Que no pasa por abortar a sus niños. Que no. Que el tema pasa por cuestiones como el uso del “condón” tan inocuo y tan barato o por otras estrategias sexuales las que considere cada cual con cada quien (allá cada uno en sus asuntos de sabanas). Porque el chollo para las mujeres no es que les “ayuden” a machacarse el cuerpo desde que casi tienen su primera menstruación… con amigos así no necesitan enemigos. Porque la alternativa, a lo mejor,está en poner a su disposición y la de sus hijos la colaboración, la ayuda y los medios para salir adelante en momentos de soledad y de dificultad, desde el minuto cero de cada embarazo con vías de salida alternativas, valerosas e imaginativas, que tiendan a garantizar, al máximo posible, la protección de los seres humanos aun no nacidos, y no a asesinarlos antes de ver la luz del Mundo.
No se si estas medidas resultarían mas costosas para el Estado que aspirar al bebe de la tripa de su madre, trocearlo y tirarlo al cubo del color que le corresponda como residuo orgánico, todo ello eso si, de manera muy ecológica. Pero también resulta que son carísimos, feísimos, ridículos y perversos para las migraciones de pájaros y el vuelo de las abejas, los molinillos que están sembrando por toda la geografía nacional jo..endo el paisaje, y nos tenemos que aguantar y pagar nuestra tasa-estafa en el recibo cada vez mas astronómico de la luz, (valga la redundancia) algunos y algunas como yo, con un cabreo mayúsculo.

Con las propuestas progresistas-gubernamentales ¿de verdad ganan las mujeres?. Ganan las mujeres cuando se adoptan bebes por parte de dos hombres o dos mujeres a los que les llamarán en el colegio hijos del progenitor A y progenitor B. ¿Si?. Ganan las mujeres cuando tienen que despojarse de su identidad para alcanzar puestos de responsabilidad y, para ello tienen que hacer todo aquello que durante decenas de años han criticado en los hombres? ¿Si? Ganan las mujeres cuando ni padres ni ahora, tampoco madres, tienen tiempo de hacer los deberes con sus hijos, de jugar un rato con ellos, o para sacar a pasear al perro ¿Si, ganan las mujeres?.

Aunque soy mujer, no he utilizado en ningún momento la primera persona en el planteamiento que he propuesto. Sucede, que no participo de la solidaridad de género. No me siento más cercana a una mujer por ser mujer, ni me siento agredida por las agresiones que las mujeres pudieron sufrir en el pasado. Ni tampoco culpabilizo a los hombres por los actos indiseables y delictivos que hayan cometido contra la mujeres otros hombres en cualquier momento histórico, incluso el presente.

Mi solidaridad no tiene que ver con la entrepierna. La fuerza de saberse libre hermana con el género humano como especie, no con el género sexual de cada individuo. Desde esa perspectiva me duele la violencia ejercida contra los derechos humanos de las mujeres o los hombres indistintamente, en el momento presente o en el pasado. Desde esta perspectiva me avergüenzo de las estrategias y coacciones sexistas de toda índole utilizadas por las mujeres y por los hombres para la consecución de fines que sonrojan. Desde esta perspectiva exijo la aplicación estricta de la ley que rige para todos, en igualdad de condiciones, cuando se produzcan actos de violencia contra la libertad, la integridad física o moral o la dignidad de cualquier ciudadano, por parte de cualquier ciudadano y si es su marido, esposa, o compañero o compañera, con mayor motivo y con mayor contundencia.

Desde aquí “en mi propio nombre” reivindico la igualdad de los hombres y de las mujeres, de las mujeres y los hombres pero no su identidad. Somos iguales en derechos pero no somos idénticos, ni podemos ni queremos serlo, y desde luego, las mujeres no necesitamos de medidas agresivas para nuestros cuerpos y nuestra salud, ni humillantes para nuestros intelectos, ni amordazantes de nuestra Libertad para seguir avanzando hacia una sociedad mas justa, mas igualitaria, y sobre todo, mas humana, por mas libre. En mi propio nombre, defiendo que los hombres y las mujeres, las mujeres y los hombres, tenemos el derecho inalienable a gestionar nuestra familia, nuestras relaciones, nuestras emociones y nuestra vida afectiva con los demás, desde nuestra individualidad, desde nuestra particular moral o creencias, en el respeto absoluto a los derechos humanos ampliamente aceptados por todos sin que el Estado se meta en nuestras cocinas o en nuestras camas.

Aido dice que se acabó el modelo patriarcal… ¿y que modelo nos propone, mejor dicho, impone? ¿El suyo, el de su jefe, el de la ideología de género? ¿Un modelo hembrista ? ¡¡Dejen de utilizarnos a las mujeres, déjennos en paz¡¡ …Porque,
¡¡No es esto, no es esto¡¡.

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