Hace solo unos días pretendía
poner un punto y aparte en la dinámica de este blog. El acceso a la Presidencia
del Gobierno de España del Partido Socialista de la mano de Sánchez con una
representación parlamentaria escuálida de 84 diputados y apoyado en su moción
de censura por el populismo radical de Podemos, los partidos parlamentarios con
vocación de destrucción de la Nación Española de carácter golpista, e incluso, con el brazo político de la organización
terrorista ETA, se realizó con la declaración,
en palabras del propio Sánchez, de que su presidencia tendría un
carácter temporal, limitado en el tiempo, provisional en las formas, y que en
ningún caso, su pretensión iría más allá de convocar elecciones y dar la
palabra democrática a los ciudadanos en escasos meses.
El PSOE mintió.
Sánchez mintió.
Ambos, partido y líder engañaron a los españoles.
Una vez más.
El sueño delirante del ciudadano
Sanchez se ha hecho realidad. Los españoles no le votamos. No le dimos nuestra
confianza. No avalamos sus propuestas. No le quisimos como inquilino de La
Moncloa. No le aceptamos en las urnas como Jefe del Gobierno de España. Solo
unas circunstancias verdaderamente peculiares, en las que han confluido los
intereses más letales para nuestro país, han permitido que Sánchez haga su
particular publirreportaje sentado en las escaleras de la residencia
presidencial en pantalón corto, sonriente y con su perrito.
Ayer el Presidente Sánchez, ha tenido
a bien dar una entrevista "en profundidad" en la TV nacional en la
que ha manifestado expresamente su inequívoca voluntad de no convocar a los españoles
a las urnas hasta 2020, es decir, hasta agotar la presente legislatura. No me
sorprende. Si hay algo que haya caracterizado a la izquierda en general, y al
socialismo español en particular, es su absoluta deslealtad con España. Sánchez
evitará en la medida que sus fuerzas le den y sus apoyos vergonzantes le
permitan, convocar a las urnas a los ciudadanos. A Sánchez no le interesa lo
que los españoles piensan ni desean para sus vidas ciudadanas y para su país.
Al Presidente Sánchez le interesa, y mucho, Pedro Sánchez y nos ha dejado muy
clara su prioridad: el mantenimiento del poder desde el poder mismo. El poder o
se ejerce o se pierde. Así nos lo ha
hecho saber. Hemos tomado nota.
Sánchez y sus socios no se van a
andar con contemplaciones con la ciudadanía. No nos van a preguntar, por si se nos ocurre descabalgarles del machito. Han
llegado para quedarse, por eso, yo he decidido regresar. Lo que en un principio
me plantee como un punto y aparte en la vida cotidiana de este blog, se ha
convertido en un brevísimo punto y seguido.
En el balcón de esta mi casa
virtual, hace mucho tiempo que ondea al aire una bandera. La de mi país. Es la
misma que cuelga de decenas de miles de ventanas y terrazas por todos los
rincones de España. Es la bandera de un país europeo, centenario y democrático.
Es la bandera de los españoles. Es el símbolo de una pertenencia y de unos vínculos
ancestrales entre ciudadanos que ya eran españoles, antes, incluso, de que
España como hoy la conocemos existiera. Por ellos, por esa bandera, por mi
misma... Por mi libertad personal que es como el aire que respiro, por la dignidad
democrática que reclamo para todos en
las urnas, estoy de vuelta.