Sánchez no da puntada sin hilo. Desde el primer minuto de su
gobierno teje la tela de araña en la que quedarán atrapadas, secuestradas e
inermes nuestras libertades. Hace ya muchísimo tiempo que tengo la firme
convicción de que en la vida en general, y en todo aquello que concierne a la
política en particular, las palabras y los gestos siendo importantes, no deben
distraernos de lo fundamental, que no es otra cosa que los hechos. Son
precisamente los hechos, las tomas de decisión, la ejecutoria inmediata del
gobierno de Sánchez, los que me producen enorme inquietud.
Que Sánchez había dado sobradas muestras de que es un
personaje de naturaleza inquietantemente siniestra es en mi opinión un hecho
constatable. Pero el ciudadano Sánchez no tiene el menor interés para mí. Si lo
tiene, sin embargo, la ejecutoria de su mandato gubernamental, y para valorar
la misma, es necesario no olvidar ni por un momento que Sánchez es el primer
presidente de la democracia española que los ciudadanos no hemos elegido en las
urnas, que su “acceso” al poder se ha producido con una ridícula representación parlamentaria de 84 diputados.
Los españoles nunca quisimos a Sánchez como presidente de gobierno de nuestro país.
Nos convocaron a las urnas y dijimos que no a su candidatura. Nos preguntaron democráticamente
y le contestamos con 84 diputados. Eso es todo. Nada más que eso.
Sánchez, no ha llegado al poder por la voluntad popular,
sino tras la negociaciones con partidos antiespañoles, filoterroristas, y
populistas comunistas, que representan la izquierda mas radical, mas
liberticida, y mas corrupta de Europa. Con esta argamasa de indeseables
políticos Sánchez ha construido el pedestal al que se ha aupado con toda su
desfachatez, y desde el que reinará como un faraoincito con gafas de sol (que
patética la foto en el helicóptero…) mientras siga regalando a sus socios, pedazos
arrancados a la soberanía nacional y jirones de nuestras libertades
individuales. Sánchez, es importantísimo
recordarlo, le debe el aire que respira políticamente a sus socios parlamentarios.
Es consciente de su insignificancia, de su fragilidad, de su nadería y pagaráel precio que haga falta para mantenerse en ese islote diminuto de sus 84 escaños.
A Sánchez me voy a permitir no mencionarle por su cargo. No es
lo mismo legalidad que legitimidad. Como ciudadana estoy obligada a aceptar la
una pero nada me puede obligar a
reconocer la otra. En todo caso, y como decía al comienzo, lo importante son
los hechos, los actos de gobierno de este señor que no tiene el menor interés
en convocar elecciones generales y que hablen las urnas.
En el tiempo que lleva durmiendo en La Moncloa, se han
sucedido las actuaciones de sus distintos ministros, que no son otra cosa que apéndices
cualificados de su voluntad. Hace poco mas de un mes que este Gobierno
socialista ejerce el poder, y no hay ni una sola de sus medidas que no atente
contra las libertades individuales, ni una
de ellas que no vaya encaminada a debilitar al Estado, es decir, a la nación
española. Sánchez acaba de comenzar su andadura como el hombre con más poder en
nuestro país, dispuesto a ejercerlo al servicio de aquellos que le sostienen,
los enemigos de España y los enemigos de la libertad. Tenemos cumplida
información de los Consejos de Ministros, no voy a referirme a cada una de las
medidas normativas adoptadas. Están en todos los medios referidas y explicadas
con detalle. Pueden resumirse a vuela pluma en un endeudamiento bestial del
Estado, subidón de impuestos a los ciudadanos y a las empresas, beligerancia
explicita contra la escuela concertada, acercamiento de los terroristas vascos
etarras, imposición totalitaria ideológica en las escuelas con interés de
dirigir el pensamiento de los niños y adolescentes españoles a través de una
asignatura de obligatoria a la que denominan “valores cívicos”, eliminación de
la religión como asignatura evaluable, la mayúscula chorrada y gravísimo
atentado, además, a la igualdad de los
ciudadanos ante la ley, del consentimiento “expreso” en la relaciones sexuales
para no ser consideradas delito penal por abuso/violación sexual, riadas de
miles de euros de todos los ciudadanos para templar gaitas con los golpistas
catalanes mientras conspiran abiertamente contra España y nos insultan
gravemente a todos los españoles llamándonos bestias taradas por la boca de ese
hombre al que no voy a calificar llamado Torras y al que Iceta, invitaría a cenar.
No quiero ni imaginarme la conversación que ambos personajes pudieran mantener,
mas que nada por cuidar mi estomago y mis meninges, y como de ningún modo podía
faltar el espantajo guerracivilista, abundando en la Ley de la Memoria Histórica
del anterior presidente socialista Rodríguez Z. Sánchez se ha propuesto tirar
de la manta de la estulticia, y con ella de los huesos o lo que quede del
General Franco; no si tendrá pensado un fusilamiento simbólico del esqueleto
para dar salida al rencor obsesivo y enfermizo del que izquierda española no
consigue liberarse.
El Frente Popular que nos gobierna en España a día de hoy ha
dejado muy claro cuales son sus motivaciones y sus prioridades. Seria bueno que
los partidos políticos y los ciudadanos de centro derecha, sumidos hoy en lo
que aparentemente es el desconcierto, reflexionaran seriamente sobre lo que se
nos viene encima. Pero no solo ellos. Los españoles del espectro político de la
izquierda, tendrán también que valorar si merece su confianza una izquierda
caduca, casposa, totalitaria y antinacional.
Ciudadanos de derechas, de centro y de izquierdas, tendremos
que dilucidar si estamos dispuestos fracturar nuestra nación, a fracturar
nuestra convivencia y a someternos al pensamiento único de unos partidos políticos
movidos por una ideología autoritaria y liberticida, y en el caso de los
independentistas, xenófoba y racista, además. Los ciudadanos decidimos. Ahora si, en
Democracia decidimos. Desde hace más de 40 años, los españoles decidimos. El
futuro es nuestro. No podemos decir lo mismo de nuestro presente, usurpado por Sánchez.
Se presentó en la Cámara con una moción
de censura al Gobierno legal y legítimo de Mariano Rajoy, con el compromiso de
convocar a los ciudadanos a unas elecciones generales de manera inmediata.
Mintió por toda la boca. Mintió con toda su jeta. Mintió.
Este es el personaje Sánchez. Los adjetivos calificativos
sobre su persona no seré yo quien se los atribuya, aquí y ahora. Se basta y se
sobra el solito, para adjetivarse. Quizá sea el momento de que la ciudadanía,
los partidos democráticos, la sociedad civil, reivindiquemos juntos que, el
futuro es nuestro, y la calle también.
Somos la ciudadanía del siglo XXI, tenemos voz y voto. Que
nadie decida por nosotros. Recuperemos nuestro presente para hacer posible nuestro
futuro.