Orlando Zapata Tamayo, albañil de profesión, a la edad de 42 años muere en cautiverio tras una huelga de hambre de 83 días, en protesta por las inhumanas condiciones carcelarias a las que es sometido; exigía ser tratado como preso de conciencia, estatus que le tenía reconocido Amnistia Internacional.
Guillermo Fariñas, psicólogo y periodista, inicia una huelga de hambre y sed para pedir la libertad de 26 presos políticos cubanos muy enfermos, y en protesta por la terrible muerte del también disidente Orlando Zapata. Su estado de salud es de extrema gravedad.
Felix Bonne, ingeniero de 70 años de edad, declara estar dispuesto a reemplazar a Guillermo Fariñas en su huelga de hambre si éste fallece, como única vía de lucha contra el gobierno totalitario comunista cubano.
Tres pinceladas blancas sobre la oscura y fría fosa en que el comunismo ha convertido a Cuba. El régimen es implacable. Insaciable. No tiene piedad.
Tres nombres para la Libertad. Tres hombres entre centenares, miles de cubanos humillados y perseguidos. Expulsados de su tierra o sometidos. Aterrorizados y empobrecidos. Muertos.
En régimen no descansa. En las actas de un simposio celebrado en la Escuela Superior del Partido Comunista de Cuba, publicadas por la Editora Política de la Habana, y destinadas al adiestramiento de los cuadros dirigentes de la “esfera ideológica” del Partido, se reconoce la “extraordinaria ayuda” de la psicología social marxista para moldear controlar la “personalidad socialista”, a través de diversos “métodos de influencia sociopsicológicos” entre los cuales está no sólo la “persuasión” sino, incluso la “sugestión” (tomada en cuanto acción de sugestionar a individuos y grupos sociales) http://www.cubanet.org/
Adoctrinamiento, delación y represión, ponga los tres ingredientes y agítelos con el hielo de la tortura, obtendrá un autentico y genuino cóctel cubano.
Orlando Zapata, Guillermo Fariñas, Felix Bonne, tres nombres; tres hombres y, ahora ya, solo dos vidas. Quedará en el recuerdo por siempre el lamento desgarrado de la madre que trajo a su hijo a un mundo creado por el monstruo. El monstruo que finalmente acabó devorándole pero cuanto más dolorosas eran sus mordidas, más sereno era el rostro de Orlando. Más libre su alma. Su madre, bien lo sabe.
Hoy se escribe el nombre de Orlando junto con aquellos que hacen de la Historia un camino también de luces, porque luz era su anhelo y su es su conquista.
Vendrán otros tras su estela. Siempre hay hombres dispuestos a ofrecerlo todo, porque sin Libertad no hay nada que valga la pena de ser vivido. Son los elegidos, los ambiciosos, los que se revuelven porque no son mansos. Son aquellos que negándose a vivir en el redil, han aprendido a vivir aprendiendo a morir, y en la sed y el hambre; en el cautiverio y en la tortura encuentran la victoria, porque … “¡¡solo les pueden arrebatar la vida¡¡”.
Orlando Zapata, Guillermo Fariñas, Felix Bonne. Tres gritos de esperanza, tres lágrimas.
Quejidos y lamentos flotan en los aires de Cuba. Saetas dolorosas yacen sobre las ardientes arenas de sus playas. Cuba llora en silencio el asesinato, la tortura, el exilio de sus mejores hijos.
El monstruo mata y duerme.
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