España estrena nuevas Cortes Generales. Sus señorías, para hacerse con el escaño juran, prometen la Constitución como es preceptivo, no queda otra, si quieren poner sus sacrosantas posaderas en la sede de la soberanía popular. Una veintena de ellos, utilizan la formula “del imperativo legal”, que en su momento acuño la antigua formación filoterrorista HB. Ahora parlamentarios de misa diaria, catalanes de pro y del 3%, la utilizan para deshonor suyo y vergüenza de todos. Otros, aderezan su compromiso con alguna que otra majadería, como el líder de Izquierda Unida, con el consabido rollo republicano del agüelo Cebolleta. Los ciudadanos asistimos con bastante indiferencia, creo yo, a la conformación de la de la Institución Legislativa, en la que sus señorías nacionalistas-separatistas ocuparan su escaño, haciéndole ascos, cortes de manga, pedorretas, y poniéndole cuernos a la Carta Magna en virtud de la cual se lo van a llevar crudo una larga temporada; trabajarán denodadamente por reventar la Constitución y la nación española desde dentro. No será porque no han avisan siempre que tienen ocasión. Son extremadamente previsibles, nunca pierden la oportunidad de ofender a España .
Los ciudadanos españoles asistimos al espectáculo con completa indiferencia. Estamos curados de espanto, y entrenados en recibir día si y día también el insulto a nuestro nación, a nuestra bandera, a nuestro himno nacional, a nuestra Constitución, a todos aquellos signos que simbolizan o representan la Nación Española. Por otro lado, la ciudadanía nacional tiende a la nula implicación en cualquier asunto que traspase el umbral del portal de su casa o con el saldo de su cuenta corriente.
Los ciudadanos españoles asistimos al espectáculo con completa indiferencia. Estamos curados de espanto, y entrenados en recibir día si y día también el insulto a nuestro nación, a nuestra bandera, a nuestro himno nacional, a nuestra Constitución, a todos aquellos signos que simbolizan o representan la Nación Española. Por otro lado, la ciudadanía nacional tiende a la nula implicación en cualquier asunto que traspase el umbral del portal de su casa o con el saldo de su cuenta corriente.
El 20 de Noviembre se cumplieron los peores augurios para el PSOE que tiene que desalojar la poltrona y hacerse un lado. Ni siquiera los apaños con la ETA le ha apartado el amargo cáliz en el que tiene que beber a trago largo, el desalojo del poder. Han sido ocho años eternos en los que la izquierda española ha mostrado lo peor de si misma, alimentando el nepotismo, la corrupción, la manipulación y en ocasiones de radical importancia para la vida democrática de nuestro país, la obstrucción de la acción de la justicia y la aplicación de la ley, en asuntos clave como el esclarecimiento del atentado terrorista del 11-M o en sus inconfesables relaciones con el terrorismo vasco. Ha atacado de manera inmisericorde a los escasísimos medios de comunicación que no han podido doblegar, y han despreciado hasta lo inconcebible a las victimas del terrorismo, intentando por todos los medios su desunión, debilitándolas económicamente, silenciándolas y lo que es peor, llevando a cabo una traición histórica a los centenares de muertos, miles de heridos victimas del terrorismo de la ETA. Mientras todo esto sucedía ante la mirada indiferente de gran parte de la sociedad española, la crisis económica roía las entrañas de la estructura productiva y financiera de nuestro país, y pasábamos de ser del hazmerreír de Europa con las ocurrencias de un sonriente y patético Presidente de Gobierno, a ser considerados un peligro nacido de la irresponsabilidad y la estulticia colectiva, para la estabilidad de la casi recién nacida (si la miramos con perspectiva histórica) Unión Europea. Casi seis millones de personas estarán con toda probabilidad sin empleo en 2012 en España. Hemos resultado ser un país fraudulento con tupé de nuevo rico, y si queremos que Europa nos mire a la cara debemos comenzar por quitarnos el maquillaje hortera que llevamos en el rostro, y apearnos del filete para volver al huevo frito, ramplón y sin chorizo, que no hay para más. El Psoe llegó a una España ilusionada con ser lo que nunca había sido, y nos deja siendo lo que siempre fue, pero sin arte y sin cultura, sin imaginación, sin creatividad y, lo que es peor, sin emoción, y sin lazos de unión entre nosotros mismos. Deja una España cabreada y aburrida, tristona y desesperanzada y pobre, mucho más pobre que la que encontró.
Este es el país en el que reinará Rajoy los próximos años, en sentido metafórico, se entiende, que para rey ya tenemos al rey Borbón, Don Juan Carlos. El 20 de noviembre el sueño de Don Mariano se hizo realidad. Por fin, el poder. A la chita y callando, sobre todo callando, susurrando donde haya sido menester y a quien haya tenido necesidad, Don Mariano ha dado la estocada certera de la mayoría absoluta, y se ha cepillado al PSOE por una temporadita, no sabemos cuanto de larga. Hechas las maletas, los socialistas inician la travesía del desierto. Los Altos Cargos recién bajados del machito, ministros, secretarios de estado y todo el que ha podido, se ha buscado el acomodo mas confortable posible y mejor pagado, para seguir forrándose ahora en la vida “privada” la llaman, es decir, a lo mismo pero fuera del Ministerio, influencia va e influencia viene, de conseguidores, asesores, consejeros… ya se sabe que la política da buenos conocimientos y lustrosas y valiosísimas agendas toditas plagadas de nombres que recordar y de los que echar mano si la ocasión lo aconseja. Aquellos que algo dejaron a deber, va a ser la hora que tendrán que comenzar a pagar … Retiros de oro, plata y bronce, vidas de por vida pensionadas, moquetas garantizadas y en la moqueta la poltrona, y la secretaria o secretario o secretarie que para todos los gustos hay colores.
Del Gobierno en pleno se ha despedido el Rey Borbon D. Juan Carlos con la invitación a un ágape en sus aposentos reales. Dice el monarca que les agradece que hayan dado lo mejor de si mismos por España. Se muestra cariñoso y cordial, afectuoso el Rey con los cesantes. A lo largo de estos últimos años la Corona de España se ha manifestados muy cercana en los gestos y en las palabras a la izquierda gobernante y en particular a Rodríguez Z.
Nuestro rey que nunca manifestó opiniones al respecto de los distintos presidentes de Gobierno, si lo hizo, sin embargo, respecto del que deja ahora la Moncloa calificándole, en declaraciones a el diario El Mundo, como “un ser humano integro”, “muy honesto”,”que nunca divaga” y sobre todo que “siempre sabe muy bien hacia que dirección va, y por qué hace las cosas”. Los españoles, muchos de nosotros tenemos muy presente algunas de sus frases, como cuando avaló con su aquiescencia las negociaciones del Gobierno con los asesinos etarras, con aquella frase inolvidable, sobre todo para las familias de españoles con hijos, padres, hermanos, abuelos asesinados por la Eta con el apoyo indispensable de sus diferentes brazos políticos, “… Si sale (la negociación), sale…”.
El tiempo es el espejo más fiel y a veces, mas cruel en el que la verdad queda reflejada de modo inexorable. No ha habido durante estos últimos años escándalo, estafa, fraude, cambalache, corrupción y traición en la no haya tenido presencia el poder socialista por no hablar de las inmorales acciones de gobierno y peores intenciones encaminadas al enfrentamiento entre españoles, al ostracismo de la ciudadanía de ideología conservadora; por no adentrarnos en el camino recorrido por los gobiernos de estos últimos años por la senda de los horrores trazada por el terrorismo asesino de la Eta, por las infames negociaciones con los asesinos de españoles que han desembocado en la repugnante presencia del grupo Amaiur en el Congreso de los Diputados. El Tribunal Supremo al la vista de las pruebas presentadas por las fuerzas de seguridad de España identificó a esta formación con la mismísima ETA, y sólo el Tribunal Constitucional, órgano no jurisdiccional y compuesto por una mayoría de jueces nombrados por el Gobierno Socialista y al servicio del partido, hizo posible que el PSOE cumpliera los compromisos adquiridos con en las negociaciones con los asesinos dándoles la oportunidad de acceder a nuestro Parlamento.
Su benevolente Majestad aplaude y agradece la actuación del grupo político que deja el poder. Tras el periodo socialista queda una época de enfrentamiento entre españoles como no se conocía en las ultimas décadas; la tenebrosa sombra del 11-M con demasiados interrogantes y silencios; dos millones de personas adentradas en la pobreza severa, y diez millones de españoles en lo que se denomina pobreza relativa; mas de cinco millones de parados, centenares de miles de españoles vascos y catalanes que dicen que no quieren serlo, y que nos insultan diariamente a aquellos que los somos… No se si D. Juan Carlos, la monarquía española tiene algo que agradecer al partido socialista, creo, honestamente que los españoles no lo tenemos. Tampoco a él.
Ha llegado el momento de que el Partido Popular acceda al poder. No hay lugar para lamentaciones, ni si quiera por la la herencia envenenada que recibe. La situación de España es mala. Muy mala en lo económico, en lo social y en lo institucional. Gran parte de las dificultades que encontrará el futuro Presidente radican, en mi opinión, de la actuación que ha llevado a cabo como oposición. Rajoy se ha puesto de perfil en la última legislatura en asuntos de vital importancia para la nación. Le ha faltado contundencia, fe en sus posibilidades, confianza en la ciudadanía española de signo conservador, y las cosas han llegado lejos, muy lejos, sobre todo en lo que concierne a los compromisos asumidos con la banda de asesinos vascos y al estatuto catalán aprobado, tambien por el T.Constitucional de diseño socialista-nacionalista, por el gobierno socialista de Rodriguez Z.
En todo caso, Rajoy ha llegado al poder y las posibilidades de que alguien a su lado le alerte con sincera lealtad de que en este triunfo se percibe su debilidad con absoluta nitidez, se desvanecen. Como en el cuento de Andersen, El emperador va desnudo, a partir de ahora, se aclamará las belleza de su traje, y con suerte, con mucha suerte, quizá habrá alguien bueno, honesto, y muy ingenuo que le diga, señor Rajoy “¿no se ha dado cuenta de que sus hermosas vestiduras no son invisibles a nuestros ojos, que lo que sucede es que a nadie conviene o se atreve a decir verdad… porque, lo cierto es, que el señor presidente va desnudo por la vida, mostrando sus vergüenzas como si fuera un idiota o un loco?”. Entonces, posiblemente, desgraciadamente, al contrario de lo que sucede en el cuento, en el que el emperador toma conciencia del engaño y se retira a reflexionar, el Presidente mandará callar al disidente, le cesará y condenará al ostracismo, y seguirá desnudo hasta que ya sea tarde y se muera de pulmonía y de estupidez.
La debilidad de Rajoy nace de Rajoy mismo. Durante estos últimos años se ha mostrado como un personaje sido tibio y turbio, cuyo lenguaje, sobre todo, el de los gestos, lejos de darnos confianza nos ha llenado a muchos españoles de incertidumbre y preocupación. Prueba de ello es la paradoja de los resultados electorales. De los casi cinco millones de votos perdidos por el PSOE, únicamente 600.000 ha sido recogidos por el Partido Popular. Nuestro sistema electoral está muy lejos de ser un verdadero sistema democrático en el que cada voto ciudadano tiene el mismo valor, eso es incontestable, pero el asunto de fondo es que, como todo parece indicar, para demasiados españoles Rajoy no ha sido el líder en el que hubieran deseado confiar. Aun así, muchos se taparon la nariz delante de la urna, y antepusieron la perentoria necesidad de expulsar del poder al PSOE de cambiar el signo político del Gobierno a sus dudas, incluso a su convencimiento de que de este Partido Popular no se podía esperar gran cosa en asuntos de fondo, motivos-fuerza del voto conservador. La situación se había vuelto tan insufrible, tan insoportable que algo había que hacer, incluso, votar a Rajoy.
Los votantes conservadores no olvidamos que fue Rajoy quien laminó al mejor Partido Popular de la historia en en Pais Vasco, símbolo de una España heroica y sacrificada en la defensa de la nación y la Constitución que encarnaba como nadie María Sangil. Esta mujer extraordinaria y excepcional fue ninguneada por los hombres y mujeres rajoyanos, insignificantes protagonistas de la película se serie B en que el partido popular se iba a convertir motivando su salida del partido. Ortega Lara devolvió directamente el carnet al partido y otros, ya no han tenido cabida en el futuro gobierno de Rajoy, después protagonizar la resistencia democrática durante años bajo la amenaza de muerte por parte de la banda de asesinos vascos, como Regina Otola, a quien Esperanza Aguirre ha hecho un hueco en la vida política de la Comunidad de Madrid. En estos años, quien ha tenido la osadía de manifestar legítimas discrepancias con determinadas posiciones del partido de Rajoy, sencillamente se les ha recomendado que se fueran a otra parte con su discurso, como sucedió con la presidenta de la Comunidad de Madrid, a quien se le indicó la puerta de salida en dirección, por ejemplo a un partido liberal. La actitud meliflua del partido popular respecto al problema del terrorismo vasco cuando había que mostrar absoluta contundencia solicitando, por ejemplo, la ilegalización de Amaiur ha puesto de manifiesto que de Rajoy podemos esperar cualquier cosa, incluso aquellas que mas nos tememos.
Su primera toma de decisión, antes de gobernar, ha sido evitar que los amigos de los terroristas tengan grupo parlamentario propio. Para ello, ha negado el grupo parlamentario a UPyD, argumentando idénticos motivos en uno y otro caso. Tratando por el mismo rasero a un partido impecablemente democrático que a esa cosa que como un tumor se ha incrustado en el Parlamento por voluntad política PSOE. Ciertamente los dos partidos podían encontrarse en situación similar, pero fuera de esto nada había en común entre ellos, y la decisión en defensa de la Democracia y de la Nación, simplemente por sentido común, debía tratar con generosidad UPyD y no dar ninguna facilidad al partido heredero de Herri Batasuna para aumentar la fuerza amenazante que ya detenta en el Congreso. Centenares de españoles asesinados, miles de heridos, huérfanos, viudas, y millones de españoles hubiéramos querido poder mirara a Rajoy con respeto, con admiración y con esperanza, pero ha preferido ponerse nuevamente de perfil y vestir su decisión de la neutralidad de un acto sujeto a “legalidad”, en lugar de defender la discrecionalidad nacida de su voluntad política, como así debía ser y no de otro modo, en este caso.
Esta semana hemos estrenado Parlamento, sus señorías ya han encontrado acomodo. Hace un frío que pela en Madrid, y a pesar de que las Navidades están a la vuelta de la esquina, no se habla de otra cosa que del cambio de gobierno, del traspaso de poder de unas a otras manos. La suerte está echada y ahora toca gobernar y a ver que sacamos en limpio del saco de mierda, con perdón, en que ha dejado a España sumergida el Partido Socialista. Rajoy no lo tiene fácil, pero eso no es el problema, porque lo verdaderamente difícil lo tenemos los españoles y no se si tendremos la madurez suficiente para darnos cuenta de que somos mas pobres, de que en este tiempo, hemos perdido más, mucho más que poder adquisitivo, y de que si esto ha sucedido, ha sido nuestra responsabilidad. En Democracia, son los ciudadanos los que deciden en quien ponen su confianza, y el Partido Socialista que ha llevado a España a la ruina en que hoy se encuentra, ha venido de la mano de la voluntad popular.
Ahora hemos decidido confiar en el Partido Popular. Hemos cambiado el signo de la mayoría de poder “in extremis” y no podemos esperar milagros de la actuación política del nuevo Gobierno. En todo caso, vamos a pagar muy caro nuestras decisiones en las urnas de los últimos años y ahora toca apechugar.
Un cambio en las decisiones económicas buscando, e incluso, encontrando el acierto no será suficiente ni para transformar España en un país en auténtico progreso, ni para mantener a Rajoy en el gobierno. Los españoles tendremos que demostrar al poder que somos algo más que estómagos agradecidos, que la Nación es algo más que un corral en el que puede hacer y deshacer a su antojo gatis total. Deberíamos haber extraído alguna lección de lo que ha sucedido en los últimos tiempos. El pan ganado que cualquier precio y de cualquier manera, es garantía cierta del hambre para mañana, y esto, en mi opinión, es válido en todos los ordenes de la vida tanto personal, como social, o nacional. El mañana ya ha llegado y con él el hambre que nos hemos ganado a pulso. Es la hora de la verdad. Veremos si somos capaces de hacer algo más que lamentarnos por haber perdido lo solo fue un espejismo.