lunes, 11 de noviembre de 2013

MADRID, REHÉN DE LOS PIQUES TÓXICOS.

Madrid está hecha un asquito. La basura inunda nuestras calles, y los ciudadanos vemos como residuos orgánicos e  inorgánicos se convierten en alimento de bichos de toda naturaleza al lado de nuestras casas, en nuestros parques, sobre el cesped en el que juegan nuestros niños, en las aceras por las que transitamos para ir a nuestro trabajo diario, etc

Los trabajadores de las empresas contratistas con el Ayuntamiento están de huelga, por motivos varios de carácter salarial, por desacuerdos laborales, y por la toma de decisiones de sus empresas que comportan recortes y despidos. Vamos, que nos encontramos en el epicentro de un conflicto laboral en toda regla.

Los conflictos laborales no son algo desconocido en nuestro país, ni en ningún otro país democrárico que yo sepa.  La huelga, por otro lado, es un derecho reconocido en todos los países civilizados del Mundo. Hasta aquí, cuestiones que no por ser obvias, resultan menos relevantes. Sin embargo,  las cosas no deben ser tan sencillas, y algo se debe  estar haciendo no mal, sino fatal, cuando el derecho de los trabajadores a manifestarse y a hacer huelga se traduce en situaciones en las que la seguridad y la salud publicas quedan en el aire, al albur y al antojo de aquellos que pretenden convertir a los ciudadanos en arietes de su reivindicación. España no tiene una Ley de Huelga, ni el PSOE ni el PP han tenido la voluntad política de regular este derecho indispensable en una sociedad democrática, que afecta directamente a los ciudadanos tanto cuando están en huelga como cuando la sufren.

No tengo un conocimiento profundo de la naturaleza de este conflicto laboral. Lamento que las empresas adjudicatarias del Ayuntamiento de Madrid tomen decisiones que afecten negativamente a sus empleados. No tengo suficiente conocimiento de la situación económica de las empresas, ni de los argumentos de los huelguistas. Lo que si tengo absolutamente claro, es que una vez mas,  la violencia y la agresividad se ejerce sobre los ciudadanos indefensos, por parte de aquellos que quieren hacer política de presión, pasándose por la entrepierna el cumplimiento de los servicios mínimos, impidiendo con los piquetes salvajes que los trabajadores cumplan libremente con su derecho a trabajar si así lo decidan, hasta el punto de que tienen que ir escoltados por la policía.

Madrid está literalmente cubierta de mierda. Alguien podría pensar que es debido a la acumulación de basura en los contenedores rebosantes debido a la ausencia del servicio de recogida de basuras. Pues no. Los ciudadanos madrileños hemos seguido depositando los residuos en los lugares adecuados, al tiempo que los piquetes, y vándalos de todo pelaje reivindicativo, se han encargado en una actuación perfectamente diseñada y coordinada, de volcar, quemar, destrozar papeleras, cubos de basura, contenedores, esparciendo por las calles, por las aceras hasta llegar a los portales de las viviendas las basuras que atentan contra la salud de los ciudadanos. Ayer mismo contemplaba estupefacta como centenares de “bolsitas verdes” en las que los dueños de los perros habían recogido los excrementos de sus mascotas, estaban sacadas de sus recipientes especiales y tiradas y  esparcidas por el césped, sembrando de heces el parque en el que juegan los niños y toman el sol los abuelos.

Por mi parte, y como ciudadana que pago impuestos en esta ciudad, hago responsable inmediato de esta situación al Ayutamiento de Madrid y lo hago con el completo convencimiento de que ésta es una más de las actuaciones de presión de una izquierda salvaje y despreciable que intenta por todos los medios sacar del poder al gobierno del Partido Popular en las máximas instituciones madrileñas,  lideradas por los políticos mas queridos y respetados por sus votantes, y en el punto de mira de una izquierda que se ha manifestado completamente impotente e inoperante, pese a todo, en conseguir sus objetivos.  En todo caso, tengo el convencimiento de que los ciudadanos tenemos el derecho a estar protegidos de actuaciones que pongan en peligro nuestra salud y nuestra seguridad, y esto es, en mi opinión lo que está sucediendo en este momento en nuestras calles. Me pregunto a qué espera la autoridad municipal para pedir al Ejército que elimine de nuestra ciudad las toneladas de residuos cada día más peligrosos por mas degradados. Me hago la pregunta al igual que miles de ciudadanos se la han formulado a través de encuestas de opinión en los medios.

Y, ya a puestos a reflexionar, sigo preguntandome… ¿Dónde están metidas en este momento las legiones de eco-pijos progresistas, medioambientalistas, los verdes, los naranjas de la China? ¿No les preocupan los riesgos, ahora si, reales y evidentes, de contaminación ambiental para nuestra salud, por contacto directo con la mierda? Me contesto que quizá, como ellos son amantes apasionados de la Naturaleza, del aire puro y sin contaminación, de la mirada perdida en los horizontes de la Sierra de Madrid, burgueses acomodados, vamos los pijos de toda la vida, estarán, digo yo,   en sus “chaleins” de las urbanizaciones de la periferia madrileña, mientras nos dejan a nosotros, los ciudadanos de a pié fritos a  impuestos y sufriendo las acciones del fascio comunistoide que ha tomado nuestras calles y las han sembrado de basura y de peligro para nuestra integridad.

No se si se les ha pasado por la cabeza que con estas acciones contra nosotros, la gente corriente, van a conseguir el objetivo político de pillar la poltrona desbancando, como ellos dicen, a la Derecha. Me parece a mi que lo llevan claro… a este paso va a gobernar Madrid el Partido Popular de Esperanza hasta que les salga pelo a las gallinas. Cada vez que vemos nuestras calles convertidas en un estercolero, muchos ciudadanos, muchiiiiiisimos, solo pensamos en el asco que sentimos … por ellos. Y todos sabemos quienes son, y como son de tóxicos. En las urnas les esperamos, para decirles NO.