sábado, 16 de noviembre de 2013

AMNISTIA Y TRAICION


Decenas de terroristas asesinos de la ETA están siendo puestos en libertad por los tribunales españoles sin haber cumplido sus condenas. Les acompañan en su salida, acogidos a idéntica magnanimidad de los jueces, peligrosísimos delincuentes “comunes”  entre los que encontramos pederastas, violadores de mujeres, asesinos de niñas, criminales de todo pelaje. Aun así estos últimos, en su particular expediente delictivo, son mansos corderos comparados con los terroristas vascos, si atendemos al número de personas asesinadas por ellos.  Ninguno de los asesinos y violadores acumula  decenas de asesinatos,  como la asesina terrorista Inés del Río, o el asesino terrorista Kubati. Me disculpo, consciente, por la reiteración de la palabra asesino en este texto. Entiendo sin embargo,  que para acercarnos a la comprensión de lo que está sucediendo en España es indispensable no olvidar que estamos hablando de vida y de muerte. Ambos conceptos son esencialmente contarios el uno respecto del otro, y ambos, son radicalmente definitivos, es por eso que no es lo mismo matar a un ser humano que a dos, que a tres, que  a diez … porque se trata de la existencia fracturada y rota por la muerte, ejecutada libremente, cruelmente, por el que es antes que ninguna  otra  cosa, un asesino. De manera que, pese a lo que se pretende hacer creer a los ciudadanos, son los terroristas vascos de la ETA los que más daño y sufrimiento han producido a sus victimas, sin ninguna duda. Y no únicamente a sus victimas directas, sino que, con el terror que han causado, han puesto de rodillas al Estado, a la Nación. A las pruebas más evidentes me remito.

Los acontecimiento se suceden, uno tras otro, con una exactitud implacable desde hace algunos años, mas concretamente, desde que supimos que el Presidente Rodríguez Zapatero negociaba con los asesinos. Al menos desde ese momento. Y, digo al menos, porque la perdida del poder del gobierno hasta entonces presidido por el Presidente José María Aznar, vino de la mano de un atentado brutal el 11de Marzo inolvidable. Fue un acción terrorista perfectamente diseñada, coordinada … Técnicamente impecable y de una eficacia sobresaliente, que las fuerzas políticas de izquierdas, los grupos nacionalistas y la derecha que detenta el poder en la actualidad han presentado ante la opinión pública como fruto de una venganza de islamista, por el apoyo diplomático del gobierno de España a la Guerra de Irak. Desde entonces el argumento de consenso ha sido que España fue atacada  como respuesta a la actuación del Gobierno de Jose María Aznar, lo que no es ni ha sido otra cosa que la puesta en escena de un acto de terror y de muerte, adjudicada burdamente a un panda de traficantes de hachis,  de medio pelo, y de barrio bajo, que nos dicen se suicidaron en un piso en Leganés en el que no quedó para contarlo ni el apuntador de la representación. De aquel cuento de Calleja queda un  único condenado, Jamal Zougam, (los demás detenidos por su presunta implicación fueron juzgados y salieron libres de culpabilidad alguna). Este hombre lleva nueve años cumpliendo una condena de miles de años, en una celda de aislamiento; solo ve la luz del sol una hora al día; permanece en un régimen carcelario de extrema dureza porque se niega a reconocer que es culpable de la atrocidad que se le imputa, y se declara, inocente de manera pertinaz. Jamal Zougan, el joven morito, confidente de los servicios secretos españoles, alimenta su soledad carcelaria defendiendo su inocencia. Me pregunto que pensarán los altos jueces del Alto tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo al respecto. Me contesto, que ..¡nada¡ faltaría más.

Pasados los años poco sabemos de lo que sucedió aquel día, aunque, el transcurso del tiempo ayuda a vislumbrar ya con bastante claridad, si no la verdad, si la mentira. A partir de aquel momento, en que el Partido Socialista llegó al poder con José Luís Rodríguez Z. la historia de España entró en una espiral de cambios rapidísimos y de profundo alcance, marcados en mi opinión por dos cuestiones fundamentales, el avance imparable de la mutilación de la nación española, con el impulso del independentismo catalán apoyado por el Gobierno socialista y plasmado en lo que es una constitución de facto en el Estatuto Catalán, y el las negociaciones con el grupo comunista y terrorista vasco (valga la redundancia, en este caso) ETA. El desarrollo de los acontecimientos permite constatar como la maquinaria del Estado, de todas sus Instancias, ha actuado de manera coordinada para que el proceso iniciado con los atentados del 11 M no tuviera serias desviaciones de la hoja de ruta marcada.

El gobierno del Presidente Mariano Rajoy está llevando a cabo, de manera escrupulosa, la parte del proceso de negociación que se le ha asignado, que es, dar cumplimiento a todos aquellos aspectos acordados con los asesinos de ETA por el Gobierno Socialista de Rodríguez, asumidos y aceptados por el entonces líder de la oposición de la derecha española, imagino que con el beneplácito de la más alta instancia nacional, recordemos aquella frase para la Historia del Rey Borbón Juan Carlos I, aludiendo a las negociaciones con los asesinos vascos: “Si sale, sale” o aquellas opiniones de alabanza vertidas sobre el entonces presidentes socialista “… Zapatero sabe donde va, sabe lo que quiere” de las que no cabe deducir otra cosa que la sintonía de la Corona con su actuación política.

Así las cosas, la maquinaria mastodóntica y poderosísima del Estado ha funcionado en estos años a todo trapo.  Ha controlado la mayor parte de los medios de comunicación y difusión nacional a través de los innumerables tentáculos que se extienden por el territorio nacional de las televisiones autonómicas y así como de prácticamente todas las emisoras de radio, además de aquellos medios de tutela directa del gobierno central.  Las televisiones y medios privados, han sido comprados, mantenidos e infiltrados por el poder político fundamentalmente de izquierdas, con la función primordial de remar obedientemente en la dirección que les ha sido marcada. A duras penas sobreviven un par de medios de comunicación “libres” y “disidentes”, que  luchan denodadamente por sobrevivir y ejercer la que desde siempre ha sido la función de la prensa en la modernidad: la información veraz, la denuncia de los desmanes del poder en cualquiera de sus caras, la defensa de la Democracia al servicio de la libertad. Asistimos a un permanente acoso y amenaza de estos medios, cuando no a los intentos de su neutralización  mediante la asfixia económica o la compra de voluntades.

La estructura de poder político en España ha contado en todo el proceso con la indispensable complicidad de la Justicia, instrumento de ejecución de la hoja de ruta desde el minuto cero. Recordemos al Fiscal del Estado socialista Conde Pumpido y su celebre comentario “ no tendremos inconveniente de mancharos la toga con el polvo del camino”… Quien dice polvo, dice sangre, quizá la de los dos pobres emigrantes asesinados en la T4 de Madrid por la ETA cuando esperaban a sus familias que debían llegar de otro lado del Mundo. Antes, durante y después de este asesinato el Presidente del Gobierno socialista Rodriguez Z. prosiguió con las negociaciones entabladas con los asesinos vascos, contando con el beneplácito de todos los que le habían dado previamente su aval: los grupos de izquierdas, obviamente los nacionalistas, y todas las instancias del Estado que con una frialdad escalofriante siguieron sin inmutarse apoyando la negociación. Hoy sabemos, que podemos incluir en ellos, al Partido Popular liderado por Mariano Rajoy, que al parecer estaba al corriente de lo que se estaba cociendo.

El  desmembramiento de la Nación Española, que es en definitiva la cuestión de fondo de todo este proceso, por la vía catalana del chantaje político y por la vía vasca del terrorismo asesino, ha sido, en mi opinión, el objetivo (que está a punto de conseguirse con éxito), de la izquierda de nuestro país, fundamentalmente, del PSOE que desde que yo tengo memoria ha manifestado, siempre que ha tenido oportunidad, un odio profundo a España, a sus símbolos y a su Historia, identificando y reduciendo los mismos al periodo de gobierno del dictador Francisco Franco, y negando gratuitamente a los partidos de ideología conservadora y liberal las características propias de su naturaleza y su vocación inequívocamente democrática, así reconocidas,  como no puede ser de otra manera, en todos los países democráticos del mundo. El odio a España por parte de la izquierda solo es comparable con su aversión a la libertad, y, desgraciadamente al servicio de ambas cosas ha puesto desde hace décadas su vigorosa actuación política. En este escenario la derecha, o mejor dicho, el centro derecha, no ha sabido, ni podido, ni querido, ponerle el cascabel al gato. Le ha faltado, coraje,  inteligencia política para reconocer a su oponente  y establecer las estrategias políticas democráticas para garantizar su supervivencia; pero sobre todo, le ha faltado principios y fe en sí misma. La derecha ha sido devorada por la más perniciosa de sus debilidades, un talante aparentemente templado,  impreciso, mutable, convertido en caldo de cultivo en que se ha desarrollado un  pragmatismo bobalicón de corto alcance; la indiferencia y la estupidez, nacidas de la soberbia que ignora las demandas de su electorado, y que se ha consumado en la traición electoral de mayor gravedad que  han sufrido en las urnas aquellos ciudadanos que los votaron, que  confiaron en que Mariano Rajoy haría justamente lo contrario que llegado al poder, está haciendo.


La visualización más punzante pero a la vez mas explícita de lo que sucede en España, la encontramos en estos días en ese minúsculo grupo de seres humanos, de seres dolientes, que han aguardado durante horas la salida de la cárcel del asesino terrorista vasco Kubati. Una de esas personas es  la viuda de un joven guardia civil asesinado cuando ella estaba embarazada de un hijo que nunca conocerá a su padre. Otro, un hombre ya entrado en años, vestido con una camiseta blanca de victima, aguardaba al asesino de su hermano. Gritaban, lloraban, acusaban de su vocación al hombre que salía de prisión llamándole, asesino y cobarde. ¡Pobres víctimas que han perdido la posibilidad de poner en su boca un insulto que vaya mas allá de la descripción del criminal¡. Las autoridades políticas del partido popular en la Administración Penitenciaria habían demorado la salida de Kubati todo lo posible para rendir a las víctimas en su espera de largas y durísimas horas.

El asesino mira con sorpresa a las personas que le increpan, y se detiene. Le escolta la policía hasta el coche en que alguien le saca corriendo, corriendo, corriendo … para que no le toquen, para que no se asuste, para ocultarle de sus victimas. El hombre, que ha aguardado  desesperando cada hora ante las puertas de la prisión, es delgado, y las arrugas surcan su rostro como si acabara de llegar del tajo.  En sus ojos negros, hay mucho dolor y mucho llanto. Con acento profundo de Andalucía la Bella, se expresa con torpeza, a trompicones.  Es un hombre humilde, se ve y se nota en su atuendo modesto. El hombre llora, llora, y grita, mientras alguien le dice, que se tranquilice, pero no puede porque a su hermano, en ese  momento,  le están asesinando nuevamente, delante de sus ojos, y él, acaba de ver a su asesino escoltado por la policía poniendo rumbo a la vida mientras su hermano se desangra.

Así son las cosas en el recuerdo de las victimas. Centenares de padres, hijos, esposas, hermanos, amigos, victimas de atentados que perdieron a su niños pequeños, a sus padres jóvenes, vuelven en estos días a buscar apoyo psicológico y ayuda psiquiátrica, porque el estrés postraumático regresa, una y otra vez, con cada excarcelación. Reviven el pasado aterrador que les arrebata el sueño y la sonrisa, y se deshacen en lágrimas porque no saben que hacer con su vida en un mundo que les ha traicionado, en una sociedad que les ha dejado solos.

Y, nosotros, algunos, entre los que me encuentro, nos sentimos muy cerca de ellos, y con ellos, somos victimas de la estafa monumental a que nos ha sometido las fuerzas del poder para las que no somos nada, y no podemos nada. Nosotros, los ciudadanos disidentes, díscolos, los perdedores, elegimos la causa de las victimas porque ellos son los guardianes de nuestra libertad y de nuestra dignidad. A su lado. Queremos acompañar su dolor y, si nos dejan, con todo el respeto, compartir su soledad, desde nuestro corazón pero sobre todo, desde nuestra voluntad decidida de jamás contribuir a mantener en sus tronos de poder a aquellos que han convertido nuestra centenaria Nación en un nido de viboras que llevan la testa coronada, y ocupan escaños en los Parlamentos, y visten togas, y sotanas, y sonríen en los medios con chaqueta de pana, disfrazados de casposos rojos de los sesenta.

El Partido Socialista, y Rodriguez Zapatero son Historia, pasado. Su acción de gobierno que, en mi opinión ha constituido un acto continuado de traición a la nación y a los españoles, a los muertos y a los vivos, forma parte de un tiempo que ya no volverá. Le corresponde a Mariano Rajoy la presente responsabilidad y la consecuente culpabilidad de lo que sucede en este momento. Nadie mas que ellos dos saben hasta donde han llegado en sus componendas, que precio han puesto a nuestro dolor, a nuestra dignidad. Solo ellos conocen los detalles, los artificios, las estrategias del engaño, los acuerdos, los pactos … Terminaremos sabiéndolo, también nosotros, porque eso es lo que tiene el tiempo, que a todos pone en el lugar que le corresponde.

Mientras tanto, mientras los ciudadanos libres sufrimos su humillación, que ellos reciban nuestro desprecio.