Hoy ha tocado numerito
independentista en Cataluña. Las autoridades políticas separatistas
se han cachondeado a base de bien del Estado, y han montado una
especie de consulta callejera sobre si la autonomía debe o no
convertirse en un estadito independiente. Hay que reconocerles que
han echado el resto y que finalmente, el numero circense han contado
con el atrezzo mas sofisticado. Cataluña juega a irse de casa. Está
por ver hasta cuando la madre España tendrá que lavar su ropa sucia
y sonarle los mocos. Porque irse, no se se irán, pero la pasta se la
están llevando gansamente por mor de la dirección política e
institucional de la Nación española, en manos de personajillos de
medio pelo, incapaces de hacer otra cosas que no sea taparse las
verguenzas, viejas y ajadas, de quienes ya no pueden ni con la caspa
que llevan sobre los hombros.
En la cosa esta,
incalificable, que ha tenido lugar en Cataluña en el día de hoy,
no ha habido el menor interés por mantener el pundonor, la limpieza
democrática que cualquier consulta a la ciudadanía debe tener para
ser digna de una mínima consideración y de tal nombre. Imagino que
en este ejercicio onanista de los independendistas, con el placer de
la exaltación, tienen suficiente. Por ahora. Ellos se lo guisan y
ellos se lo comen. La consultilla, multitudinaria, eso si, no ha
contado con las mas elementales condiciones democráticas, las que
habrían sido consideradas, sin la menor duda, en una tribu de
chimpacés, a la hora de repartirse una apetitosa presa. Pero
insisto, no creo que estas cuestiones de limpieza democrática tengan
el menor interés para la clase política separatista en Cataluña.
Mas bien, por lo que venimos viendo en las últimas fechas, en las
que se ha materializado lo que muchos exiliados del “paraiso
catalan”, habían denunciado durante décadas. Su preocupación es
mucho mas prosaica, y tiene que ver, directamente, con la pasta: la
que nos sacuden del bolsillo a los españoles y que ellos se llevan
“pa la saca”.
Entre tanto, las
instituciones del Estado... de perfil, mirando al horizonte, y
cantando el pio pio. El presidente Rajoy dicen que ha seguido desde
Moncloa, el acontecimiento del día, que francamente ya huele, de
puro pasado que esta. Lo de el Presidente del Gobierno comienza a ser
mas que preocupante. Para España, tóxico. Llevamos meses en los
que las noticias que llegan de Cataluña son para informarnos del
pestilente latrocinio de sus prohombres honorables y la amenaza de que se quieren ir de España. Y entre col y col, nos pasan la
relación de sus cuentas autonómicas en bancarrota, y como viejas
plañideras nos piden que les salvemos el trasero de la absoluta
quiebra económica en la que tienen sumida a su comunidad.
Si ya es bastante
insoportable lo cansinos que son, los aburridos que resultan sus
hechos diferenciales, y lo antipáticos que se han vuelto, ahora,
ademas, pretenden que financiemos con nuestros impuestos, sus ensayos
balbuceantes de malcriado eterno adolescente, jugando a ser un
hombrecito. Mami y papi, quiero decir, papa Estado, está sufriendo
una especie de ridículo y patético canguelo, y le llora
suplicante a su vástago talludito y consentido, para que no se
marche de casa, mientras este, entre mohines, planea cuidadosamente
como acabar de limpiarle a la familia la cuenta bancaria.
La cuestión no tendría
la gravedad que reviste si no fuera porque, para intentar complacer
al hijo díscolo y caprichoso, la familia está dispuesta a dejar
sin leche ni colacao a los hijos pequeños y más débiles.
Mi personal opinión
respecto de lo que esta sucediendo en este momento en Cataluña es
que es evidente que la Generalidad está dando un golpe de Estado
a la Nación Española. Que sus autoridades, cuya legitimidad deriva
del reconocimiento expreso que de ellas hace la Constitución de
1978, están realizando un acto de sedición, de traición, delante
de nuestras mismas narices. Esta circunstancia es gravísima, en la
medida que si las autoridades no cumplen, ni se ven obligadas a
cumplir, con la legalidad vigente, ¿por que habrían de cumplir las
leyes el resto de los ciudadanos en cualquiera de las cuestiones por
las que se vieran afectados?
Lo que ha sucedido hoy en
Cataluña es patético. En este farsa no solo no se han respetado
las indispensables formas y garantías de un proceso de consulta
democrática, sino que se han perdido el respeto a sí mismos,
poniéndose en ridículo ante la Historia, jugando con la Democracia
como si de un muñeco roto se tratara, sobándola, y arrastrándola
por el fango, en una bufanada carente de libertad y de legitimidad.
A mi, llegado este
punto, tanto se me da que Cataluña forma parte de España o de Corea
del Norte, y esto es aplicable, de igual modo, a Vascongadas. Lo que
de verdad me preocupa es que, tanto si se van como si se quedan, el
resto de los españoles nos veremos sometidos a financiar con
nuestros impuestos la “superior condición diferencial catalana”,
es decir, lo que ya sufrimos con Vascongadas y Navarra. Y como las
fuerzas políticas y los poderes fácticos, no están dispuestos a
consultar al resto de la Nación española si queremos o no seguir
aguantando comunidades autónomas convertidas en “castas
privilegiadas”, o si para este viaje, esas alforjas son un estorbo
y un lastre, para nuestro bienestar ciudadanos y el progreso de
nuestra historia, mucho me temo, que los politicastros que hoy nos
gobiernan, y los que a pasos agigantados se acercan al poder, con
disfraz de cordero, forzaran si o si, el empobrecimiento de los
españoles de buena fe, el de nuestros abuelos, nuestros hijos y
nuestros nietos, para mantener el actual estado de las cosas, que a
mi me parece, el peor de los Estados: un Estado que ha perdido la
memoria, que alimenta las alimañas políticas y la comunidades
autónomas-castas.
Como decía Albert
Boadella, brillantísimo catalán exiliado de su tierra en Madrid que
le ha acogió con los brazos abiertos, “España ya no es
cervantina, nadie cree en el amor platónico, la dignidad y los
valores inalcanzables”.