jueves, 4 de diciembre de 2014

EXCARCELACIONES DE ETARRAS. PORNO DURO ESPAÑA

Asisto con estupor a la noticia de la puesta en libertad en el día de hoy de dos de los mas sanguinarios asesinos de ETA, cuyas condenas alcanzaban al año 2025. Son los históricos de la banda. Los peores entre los peores. Los jefes de la manada. Los machos alfa. Las hienas mas feroces.
Santi Potros, director de las acciones asesinas de la organización terrorista durante años. Responsable del asesinato de 21 personas en el atentado salvaje de Hipercor. Sus víctimas murieron abrasadas o asfixiadas. Cuatro de ellas eran niños.

La decisión de su puesta en libertad tiene los rasgos de una decisión claramente política cocinada en los fogones de la judicatura... La togas en Epaña hace años que vienen arrastrándose por el fango. Desde que lo dejo dicho con todas las letras y con toda su cara, el fiscal socialista del gobierno de Rodríguez Zapatero, Conde Pumpido. Tanto se han rebajado los jueces de la Audiencia, que no se comprende como pueden soportar el hedor irrespirable que expele el cadáver putrefacto de la Justicia.

Los detalles de la información son sumamente escuetos. La Audiencia hace suya una decisión marco de la Unión Europea no vinculante para los Estados. Dicho y hecho, las fieras ya estan en la calle.

El transcurso del tiempo, la distancia, permite adivinar en qué consistieron los acuerdos del Gobierno socialista con los asesinos y la ya inequívoca aquiescencia de la entonces oposición liderada por el Partido Popular en las componendas del Presidente socialista con la ETA. Tomarse la molestia de contar los asesinos etarras excarcelados con una u otra excusa jurídica de medio pelo, da vergüenza ajena.

La puesta en libertad de los asesinos de la ETA de sobra saben que no les quitará los votos que necesitan para mantenerse en el poder. Al menos, no los suficientes. Los muertos no empuñan pistolas, y los niños huérfanos tampoco. Las lágrimas y el dolor de las victimas no cotizan en bolsa. La desesperanza, ni siquiera la ira, de las madres que enterraron, no hace tanto, los cuerpos destrozados de sus hijos por las bombas de los asesinos, que jamas se arrepintieron, están amortizadas sobradamente en los Consejos de Ministros.

A estas horas, en que Santi Potros contamina con su libertad el oxígeno de nuestras calles, en las que Bolinaga aun permanece en este mundo, suponemos en haciendo gala de su estado terminal con extraordinaria salud, escucho en la televisión decir al ministro de Interior, Fernández, que su prioridad es dar con los implicados en la muerte del ultra del Deportivo de la Coruña y, nuevamente, se que se mofan abiertamente, cruelmente, de los ciudadanos.

En las altas esferas del Estado, entre Gobierno, oposición, jueces y asesinos, se practica el porno duro en las relaciones del ejercicio del poder. Asesinos, ladrones, corruptos, compran y venden voluntades, al tiempo que los partidos de la casta y los recién llegados comunistas asesores de dictaduras bolivarianas, elaboran programas electorales diseñados a modo de pienso para puercos, oloroso, apetecible y codiciable, envuelto en rentas subsidiadas, bajadas de impuestos irrelevantes, prebendas, y a la postre, migajas de adormidera, apelando al estómago del populacho capaz de ignorar voluntariamente su esencial naturaleza de personas responsables, dignas y libres.

La vida no vale nada en España y el asesinato de inocentes españoles ha tenido premio. El premio del poder; el premio del ejercicio de la humillación a las victimas. Matar ha sido extremadamente rentable para los asesinos, que pasean crecidos su victoria sobre un país incapaz de mostrarse digno de tal nombre. A la ETA, a sus simpatizantes, a todos aquellos que buscan la excusa, la justificación de sus asesinatos con  ánimos templados,  donde solo se desarrollan las bacterias y los gusanos, les ha salido de perlas cada tiro en la nuca, las soledades huérfanas de los inocentes.

Nada sucede porque si. Nada es casual en la vida de las personas ni de las naciones. Los ciudadanos hemos abandonado a los nuestros, hemos olvidado a los inocentes. Hemos mirado hacia otro lado molestos, cuando en la calle, en convocatorias agónicas pedían entre sollozos y rabia, nuestra solidaridad, porque nos venían con su deprimente cantinela … ¡que mal rollo, tanta lágrima en un día de sol y de piscina, de pincho de tortilla y caña¡.

Ellos, los lobos feroces tienen su premio, y nosotros,   que dejamos de reconocernos y de reivindicarnos como ciudadanos únicos, irrepetibles, libres y dignos, como ovejas desnortadas, recibimos nuestro justo castigo. Nos gobiernan aquellos que elegimos: corruptos, ladrones y cobardes, algunos incluso, simpatizantes y colegas de los asesinos, a los que les gusta practicar los juegos de engañosa palabrería, el baile de trileros, y sobre todo, poseedores de una moral pornográfica, a la que también nos hemos acostumbrado. Estamos en sus manos, y aunque aún no lo sepamos, como ciudadanos también estamos muertos.