viernes, 3 de noviembre de 2017

CATALUÑA. VICTIMAS Y VICTIMARIOS

Esta noche duermen en Madrid. No lo harán en un hotel de cinco estrellas. A estas horas ocupan las celdas que les han asignado en las cárceles de Estremera y Alcala Meco. La Juez de la Audiencia Nacional decide el encarcelamiento de O. Junqueras y ocho miembros del gobierno catalán, por su presunta vinculación con delitos de sedición, rebelión y malversación de fondos públicos.

El independentismo catalán se rasga las vestiduras, utiliza palabras grandilocuentes, y entre lágrimas se presenta como victima de un Estado brutal, de una Justicia infame. Imagino que este escenario no estuvo previsto en su meticuloso y largamente elaborado diseño de golpe a España. Supongo que, ninguno de los responsables políticos independentistas contaba con que sus fechorías tendría consecuencias, y que estas las vivirían en carne propia, acostumbrados como están a hacer de su capa un sayo con las derechos y libertades de los demás, entiéndase de los catalanes de usar, tirar, y silenciar, los catalanes no independentistas.

Ha sucedido. El golpe a la legalidad constitucional de nuestro país, se vuelve contra sus protagonistas como un bumerang el sufrimiento que ha iniciado el movimiento de retorno a quien deliberada y conscientemente lo ha desencadenado. Son los artífices, los lideres del “proceso” los que han sido detenidos en aplicación de la  ley y la ejecución de la justicia. Por ahora de manera cautelar, mas adelante ya veremos. Si finalmente son condenados en sentencia firme, podremos calificar  estos personajes mediáticos, tantas veces desafiantes y enchulados hasta el insulto, con la palabra delincuente. Por ahora, es preciso anteponer a este adjetivo uno mas, también calificativo, el de presunto.

Han llamado a tomar las calles y las plazas de Cataluña, buscando que los ciudadanos presionen al Gobierno y a la Justicia. Les piden el trabajo marrullero y más sucio, el de los tumultos, las algaradas…les arengan, les animan a despreciar la ley, eso si, el vocablo  “pacifismo” no se es cae de la boca a modo de eslogan publicitario. Este es el mandato real: la desobediencia de apellido espurio: “pacifica”. Utilizan en su llamamiento un lenguaje redentor, casi místico. “Hacer lo que este en vuestra mano para que el bien derrote al mal el 21-D. Palabra de… Junqueras. Amén.

Me perece este un momento muy interesante lo que esta sucediendo en estos momentos en Cataluña casi una lección practica de sociología política, e incluso de sicología social.  Bien es cierto que, como se repite incesantemente en el Eclesiastés bíblico, nada nuevo hay bajo el sol, y estos métodos, modos y maneras de movilización ciudadana los hemos visto en infinidad de ocasiones a lo largo de la Historia. Convertir en víctima al victimario es una tarea de libro indispensable para mover las voluntades, transformar en mártir al culpable, en adalid de la paz al violento. Se persigue que la verdad y la realidad sean manipuladas en un primer momento, mas tarde ignoradas, y finalmente, cuando el nivel de reflexión personal ha tocado fondo, negadas. Lo cierto, la realidad, pierde todo interés, porque la experiencia vital se sitúa en un ámbito muy diferente de la razón, neutralizada por el sentimiento capaz de no ver, no oír, no expresarse, sino es desde un nivel emocional. Este es el ámbito de la conciencia en el que los individuos no son, si no son para y con nosotros; un nosotros que todo lo invade y al que apelan los lideres mesiánicos con mensajes salvíficos y paraísos revelados. Es el espacio psicosocial en el que anidan y se alimentan el totalitarismo, la xenofobia y el racismo, las tres bestias devoradoras de la libertad. “hacer lo que este en vuestra mano para que el bien derrote al mal” palabra de… Junqueras. Amén.

Los líderes de la clase política independentista han sido aislados de la sociedad en el día de hoy, porque suponen un posible más que probable peligro para ella. Su violencia no ha sido ejercida contra una persona en particular, no han utilizado un arma homicida, ni  están encarcelados porque se hayan apropiado indebidamente de un bien material. No. La violencia ejercida por los dirigentes independentistas, es mucho mas temible que todo eso, de extrema gravedad y de consecuencias trascendentales para las vidas de toda una nación, en términos económicos, sociales, e incluso emocionales y afectivos.  

Su atentado ha sido contra la parte de España que es Cataluña y por tanto contra la propia nación española. Su agresión se ha dirigido a nuestra Democracia, despreciando y transgrediendo la Constitución que ampara los derechos y libertades de todos los españoles, incluidos los catalanes. Han golpeado al Estado desde el Parlamento Catalán, subvirtiendo su propio estatuto de autonomía, ignorando e incumpliendo el funcionamiento de su propia cámara, y despreciando al resto de representantes políticos de los ciudadanos elegidos también por la ciudadanía catalana.

Han esgrimido a modo de autodefensa que tienen un mandato popular de acción política para proclamar su independencia y lo han convertido en causa de ley, lo que no es otra cosa que  un argumento torticero y falaz desde su origen porque no puede tener valor legal un referéndum sin garantías, sin el procedimiento previsto en la ley, y sobre todo, es no solo ilícito sino también ilegal, si la cuestión sometida a consulta atenta contra la soberanía nacional de España que reside en el pueblo español, y no en la voluntad expresada o no, de una parte de sus ciudadanos. Una soberanía nacional de la que emanan todos los poderes del estado, incluyendo los poderes autonómicos.

Los responsables del gobierno catalán  han sido llevados ante la Justicia en un país democrático, respetando rigurosamente sus derechos ciudadanos, civiles y políticos. Se han valorado jurídicamente sus responsabilidades y comportamientos vinculados a delitos gravísimos, escrupulosamente y con todas las garantías legales, y han tomado medidas precisas, medidas y  fundadas legalmente para preservar el bien común, como no puede ser de otro modo en un estado de derecho.

No son presos políticos. No son presos por delitos de opinión, o de expresión. No son presos por su pertenencia a una u otra opción política. No se les juzga por ser independentistas. Están presos por (presuntamente) atentar contra Cataluña y contra España, contra nuestro ordenamiento constitucional y nuestra convivencia pacífica.

Que nadie se llame a engaño. Ningún país del mundo permite atentar contra su integridad y su seguridad impunemente, ni por golpistas con uniforme o sin él.  España tampoco, ni en el pasado, ni en el presente.

Que no se nos olvide, ellos no son las víctimas, son los victimarios.