El Tribunal Supremo de España ha dictado sentencia valorando
los gravísimos hechos acaecidos en Cataluña y las responsabilidades de las
autoridades políticas involucradas en los mismos, que atentaron contra la
Constitución Española, las libertades ciudadanas y la unidad de nuestra nación,
pretendiendo la secesión de una parte de nuestro país, e intentando
arrebatarnos a todos los españoles un región de nuestra Patria. Desde el día de
ayer, en que se conoció el fallo del Alto Tribunal, no se habla de otra cosa en
los medios de comunicación. Juristas, opinadores, la prensa experta en
tribunales, todos ellos, analizan y desmenuzan la sentencia. Recibimos sus
opiniones campanudas seguramente bien estructuradas y meditadas, correctamente
argumentadas, abrumadoras, exhaustivas, enfáticamente emitidas por voces
engoladas, que nos aleccionan con caras severas como corresponde a la
importancia del mensaje que nos hacen llegar, y nos indican imperativamente, cual
debe ser el camino adecuado por el que debe transitar nuestra reflexión
personal al respecto. Por si esto no fuera suficiente, nos colocan en el lugar
que nos corresponde de subordinación al
pensamiento correcto, nos indican la
conclusión a la que debemos llegar, necesariamente, una vez digerida su
inestimable e indispensable aportación para formar nuestro criterio.
Una abrumadora cantidad de mensajes trufados de terminología
jurídica, ingente numero citas del articulado normativo, se adosan como
garrapatas a nuestras aburridas y cansadas neuronas, para dejarnos, perplejos,
colapsados, estupefactos y perdidos a la hora de formarnos una opinión en
relación con lo que pasó en Cataluña hace dos años, y lo que a día de hoy sigue
sucediendo.
Por lo que a mi respecta, que formo parte de esa ciudadanía
que se esfuerza por ser consciente del tiempo histórico del que es
protagonista, hace mucho que he
recurrido en mi puesta al día y el reseteo cíclico de mis razonamientos a las
sabias palabras del ya legendario y genial actor de comedia americana Grucho
Marx : “ … a quien va a creer usted, a mi o a sus propios ojos”. La respuesta
que me doy a mi misma, es la misma que propongo en esta página, la del sentido
común y la de la libertad de juicio. Viendo lo que vemos y oyendo lo que oímos.
No somos juristas ni falta que hace. No somos intelectuales
de altos vuelos, y no necesitamos serlo. No somos sabios, ni expertos, ni
peritos judiciales, ni entendemos de alta política… Somos mas, muchísimo más
que todo eso, somos ciudadanos. Ciudadanos conscientes, que creemos como aconsejaba
irónicamente Groucho, lo que nuestros ojos ven. Así de simple, y así de
contundente.
La Sentencia del Tribunal Supremo cuya argumentación jurídica
no estoy en condiciones de valorar, contradice, abiertamente, contundentemente,
radicalmente lo que mis ojos ven a día de hoy, y lo que mis ojos vieron en su
momento en relación a los hechos que han sido objeto de este juicio histórico y
desgraciado para España.
Los jueces “han condenado a la absolución” a los
sediciosos políticos catalanes, lo que constituye, en mi opinión, un insulto a
la inteligencia natural de los españoles que tienen ojos para ver y oídos para
oír, que no se si no somos la mayoría, pero somos muchísimos.
Sucede,…que aquellos políticos y civiles organizados desde
el poder de la autonomía catalana, que promovieron la violencia en las calles
de Cataluña, insultando, escupiendo, amenazando y agrediendo a nuestros guardia
civiles y policías que defendían el orden y la ley de las hordas
independentistas… aquellos que impulsaron un referéndum ilegal para destruir
España, que atentaron contra nuestra
Constitución, que utilizaron una fuerza armada como los mozos de escuadra, con
miles de hombres armados en la calle en pro de un golpe de estado… aquellos que
usaron la televisión pública catalana para impulsar el golpe, que organizaron
una estructura económica nacida de la prevaricación para dotar al movimiento
golpista de todos los medios necesarios para llevar a cabo la secesión.. sucede
que, a todos ellos, el Tribunal Supremo,
les ha condenado tales penas y de tal manera, que en un par de meses estarán en
la calle.
Esto es lo que mis ojos vieron. Pero no solo esto.
El Rey de España, Felipe VI, valorando la gravedad de los
hechos que se estaban produciendo en Cataluña hizo un comunicado a la Nación,
que escuchamos con nuestros propios oídos, para garantizar la unidad nacional
ante cualquier amenaza y para decirles a los españoles catalanes, sobre todo,
que no estaban solos que la Corona de España se mantenía vigilante y a su lado.
Al día siguiente de la alocución del Rey, la ciudadanía se echaba a la calle en
defensa de la Nación en una movilización histórica que lleno de banderas
rojigualdas Cataluña y los balcones de ciudades y pueblos en todo el
territorio nacional.
El Tribunal Supremo nos dice ahora, que los acontecimientos que motivaron que el Rey de España se
dirigiera a los españoles en una intervención histórica, son hechos que merecen,
de las posibles calificaciones punibles, de todas ellas, las mas leves. Por si
fuera poco, haciendo una excepción extraordinaria, valga la redundancia, el
tribunal se niega a incluir en su sentencia el precepto jurídico de
cumplimiento de, al menos, el cincuenta por ciento de la condena, como es lo
habitual en condenas de mas de cinco años, antes de acceder a beneficios
penitenciarios, a sabiendas de que serán las mismas autoridades secesionistas las
que, en virtud de las competencias que tiene Cataluña transferidas en materia
penitenciaria gestionaran los beneficios penitenciarios a los juzgados. Hoy
mismo el Gobierno por boca de Calvo, ya ha dicho que no moverá un dedo para
esas competencias queden de algún modo controladas desde el Gobierno central.
No esperaba nada diferente del Gobierno socialista.
Hay que decir claramente que el Supremo cuando pone el punto
final a su sentencia lo hace a sabiendas de que lo que de verdad, desde el
punto de vista de su consecuencia real, acaba de redactar es la puesta en libertad de
facto de los delincuentes sediciosos en semanas, en un par de meses. Es
evidente que los jueces se pasan por el forro en sus sesudas reflexiones
jurídicas en su sentencia los gravísimos motivos que llevaron al Rey de España
a dirigirse a los españoles para garantizar la unidad nacional ante la
insurrección de los políticos catalanes, al que ni siquiera mencionan en su
sentencia, convirtiendo su silencio en una clamorosa toma de postura; como si
Felipe VI hubiera interpretado los hechos que tenían a media España acongojada,
llevado de una particular paranoia y completamente al pairo de la realidad.
Mis ojos no han dejado de mirar y de oír, desde aquellos
hechos. Con atención. Detenidamente.
Al poco tiempo tuvo lugar la moción fake de Rajoy. El PSOE
liderado por Sánchez y con 82 diputados, una fuerza pirrica parlamentaria, se
pone exquisito y pide la cabeza de Rajoy acusándole de responsable de la
corrupción del partido, a partir de una grosera maniobra judicial que como el
tiempo ha demostrado tenía nulo recorrido, en lo que al presidente del PP se
refiere. En todo caso que el PSOE se presentara como adalid de la limpieza democrática
es como una broma de mal gusto por su parte. En una intervención de Sánchez digna del club
de la comedia en el Congreso, y tras el vodevil del PP mas patético, entre las brumas
etílicas en las que andaba sumido el entonces presidente, y la ominosa
presencia del bolso en su escaño, de Santamaría la mano que mecía la cuna en la
que Rajoy debía sufrir una muerte súbita, el Congreso hace presidente a Sánchez.
Este golpe de mano indiscutiblemente legal, al gobierno del
PP, se lleva a cabo con el apoyo expreso de los partidos golpistas, cuyos
lideres ya estaban siendo procesados por delitos gravísimos contra España, la izquierda
neocomunista de Podemos, el filoterrorismo de Bildu, y el perejil de todas las
salsas, como no, el PNV que se había traído a Madrid la faltriquera de mayor
tamaño para hacer caja. Al partido vasco se le habían puesto los ojos de tío Gilito. Sabian que, a además de la
pasta que le acababan de sacar a Rajoy hacia solo un par de semanas, ahora
tocaba ponerle precio al apoyo a Sanchez. La jugada no le habia podido salir
mejor. Todo esto lo digo de paso pero hay que detenerse y poner mucha atención
para enmarcar el contexto en el que se emite la Sentencia del Supremo que, mas
que dictada podríamos decir que ha sido perpetrada.
La evolución de proceso judicial había colocado a los políticos
catalanes en un futuro color de hormiga. El juez instructor, la fiscalia así
como la Abogacía del Estado, calificaban su responsabilidad penal como delito
de rebelión y las penas eran, lógicamente, muy altas. El Supremo tenía sobre la
mesa unos antecedentes y un trabajo jurídico
muy elaborado, muy minucioso, y muy
negativo para los reos a la hora de enjuiciar y sentenciar los hechos. Y aquí,
entra el PSOE en acción, moviendo los hilos para salvar el culo. Ya sabemos por
experiencia, que lo que le conviene al PSOE suele ser lo que le perjudica a
España, y en este caso, de que manera. Sánchez en un acto de absolutamente
autoritario, aparta al funcionario de la Abogacía del Estado, e impone en la Institución
a una persona mas dócil y obediente, que modifica la propuesta inicial de
calificación de los hechos como rebelión y la convierte en sedición. De esta
manera se ha cepillado de un plumazo la mitad de la posible pena que podía
caerles en sentencia a los hoy sediciosos y que eran, ni mas me ni menos, ¡ sus socios ¡ Sachez, convierte por sus reales la institución de la Abogacía del
Estado en Abogacía de su Gobierno. La
administración publica que pagamos con nuestros impuestos, trabajando al
servicio del PSOE, lo que no es nada nuevo, mas bien al contrario, pero si es
de especial gravedad en este caso, porque es precisamente la Abogacia del
Estado con su cambio de criterio la abre la puerta por la que los delincuentes políticos
catalanes saldrán a la calle en unos pocos días o semanas, de hecho, esta ha
sido precisamente la sentencia del
Supremo.
Como no estamos ciegos y además, tenemos sentido común,
hacemos caso a nuestros ojos. Y vemos.
Lo que estaba claro para la Fiscalia, Instructor y Abogacia
del Estado, transparente como el agua clara resulta que comienza a enturbiarse
a pasos agigantados. Se acerca la hora de la sentencia y resulta que las
valoraciones que, desde los medios a fines a la izquierda en general, y al PSOE
en particular, empiezan a hacerse hacen sonar las campanas expandiendo por
doquier mensajes de benevolencia, de soluciones políticas al conflicto, dudas
acerca de si es cierto que es de día cuando sale el sol o solo nos lo
imaginamos, y sobre todo, se comienza a usar la palabrita mágica: indulto como medio de pacificación. En
otras palabras pijoprogres de todo pelaje y condición, personalidades de
corbatas y rastas, comienzan a presionar
cada vez con mas intensidad en sus terminales mediáticas, que son prácticamente
todas, en la necesidad del apaciguamiento
sacrificando lo que haga falta, incluida y en primer lugar, la Justicia. No
digo la Ley porque todos sabemos que siempre existe un recurso legal, que sirva
lo mismo para un roto que para un descosido.
Así llegamos a la convocatoria express de las elecciones del
10 de Noviembre y es conveniente que nos preguntemos por que Sánchez arriesga
sus 123 escaños en unas elecciones que en definitiva siempre son una incógnita,
y que las carga el Diablo.
En mi opinión, y creo que lo he dicho en estas paginas en el
alguna ocasión, a Sánchez no le quedaba otro remedio que jugárse su poder, a todo o nada, por una principal razón: el
resultado que había obtenido en las urnas era muy malo. Tan malo, que con sus
123 diputados solo le salían las cuentas para gobernar con los mismos que había
pactado la moción de censura, es decir, entre lo peor, lo peor. Tan
impresentables son sus socios, que estaban presos, y acusados del mas
importante delito contra una nación, que los ordenamientos jurídicos de países
de nuestro entorno democrático es castigado con penas de cadena perpetua o
penas máximas.
Por otro lado, hacia
nada que Sánchez ataviado con el traje de los domingos, había paseado su
palmito fuera de nuestras fronteras patrias, y ya le habían dicho que se
presentara con un poquito mas de decoro y que no dejarían sentarse a la mesa de la gente guapa con una pareja
como Iglesias. Al parecer tampoco estaban por la labor de tragar con el
independentismo catalán, h violento y folklórico. La armónica sinfonía europea no
estaba pensada para dar cabida burdas matracas de tambores. Todo esto después
de hacer el ridículo mas hilarante (por cierto que no se por que no ha salido
con mas profusión en los medios) cuando el presidente frances Macron, le
promete el oro en el reparto de poder en las instituciones europeas, y termina poniéndole
finalmente los cuernos con Merkel y regalándole solo el moro.
La única tabla de salvación para Sánchez habría sido CS.
Pero para eso ya era tarde. La mención de tesis doctoral de Sánchez por parte
de Rivera en el Congeso, había colocado las mandíbulas del Presidente en un
estado contracción tal que pensé se le iban a saltar las muelas o los
implantes, allí mismo, delante de sus señorías.
Algo que hizo prácticamente imposible un acercamiento entre ambos. Pero sobre
todo, las municipales, habían puesto de manifiesto con toda claridad que la
cabra tira al monte, y Sánchez tiene su querencia que no es otra que Bildu en
Navarra, los sediciosos en Cataluña, y los neocomunistas en todos los demás
lugares donde puede pillar cacho.
El problema es irresoluble para el PSOE, porque únicamente
puede gobernar o solo, o con aquellos con los que ya lo ha hecho y que son por decirlo
suavemente, poco adecuados. Y, ahora …que ven mis ojos? Mis ojos ven a Tezanos.
El Pepito Grillo de Sánchez, que pagamos de nuestros
bolsillos como presidente del CIS le dice a su jefe de partido y de gobierno,
que lo tiene chupado, que convoque, que arrasa. Por él lo vale. Por si las dudas, el PSOE se compra un
Errejon, como salvavidas, y a la vez martillo pilón con el que descalabrar a
Iglesias, una vez perdida toda esperanza de gobernar Madrid, Comunidad y
Ayuntamiento. Otra vez han quedado segundos. Mi Comunidad resiste. Sánchez,
tienta de nuevo a las urnas.
El PSOE tiene un ímprobo trabajo por delante y poco tiempo.
Lo mas difícil es quitarse de encima el pestazo que expelen sus mas que posibles,
necesarios socios. ER, JxC llevan un tufo que echa para atrás a delincuentes
por golpismo y pueden ser condenados a las penas máximas. La maniobra de
limpieza, incluido desodorante, al
parecer, se lleva a cabo desde dentro
del Tribunal del Supremo a través de la juez afín, impuesta en su día por
Rubalcaba, que amenaza con un voto particular a favor de la condena mas suave,
la de sedición. En una sentencia de esta naturaleza según parece, la unanimidad
es un valor y da carta de naturaleza a la misma. Ante esta situación el resto
de los miembros del Tribunal incluyendo su Presidente, desoyendo la
calificación del Juez instructor, y de los miembros de la Fiscalia, todos ellos
jueces de igual rango aunque en diferente función en este caso, emiten sentencian
por delito de sedición reduciendo la condena en una docena de años, e incluso,
como antes decía, poniendo en manos de la administración independentista, los
beneficios penitenciarios y el procedimiento de cumplimiento de la pena. Sánchez,
tiene vestido al santo. Ya no tiene que poner la cara para dar el indulto, que
ya sabemos que quedaría muy feo, porque
la sentencia que condena contempla, de hecho, la libertad inmediata de los sediciosos si asi
lo dispone la Generalidad. El Supremo
pone palos en las ruedas a la Justicia que España espera y merece, y alas en
los pies del PSOE. Lo que mis ojos ven da, incluso, mas asco que pena.
Y así llegamos al
final de este culebron, que ayer finalizo en el primero de sus capítulos.
Personalmente creo que los sediciosos están encantados y que toda los desmanes
de ayer en Cataluña y los que posiblemente sucederán estos días serán una
especie de voladura controlada, de fuegos de artificio, a no se que en ultimo
momento al golpismo se le vaya de las manos y sus hordas de cafres se pierdan
del todo en la escalada de odio y de violencia. A nadie mas que a los
sediciosos interesa que Sánchez sigue gobernando España como garantía de su
demolición. A ellos y a los independentistas vascos, que ya babean esperando a
darle su particular dentellada a la Constitución. El PNV de misa diaria a
pachas con el terrorista Otegui, el hombre de paz de Zapatero y con el que la
presidenta del partidos socialista vasco comparte mesa y mantel, tienen
diseñado ya el estatuto que impondrán a cambio de sus seis miserables escaños
en Congreso.
Y como no tiene empalago alguno, el PSOE se engulle un
cadáver, como si de un caramelo dulce se tratara. La momia de Franco en breve
le pasara por el gaznate a Sánchez, regado con el cava catalán, a modo de sarcástico
aquelarre. Lo que mis oídos oyen es que quieren destruir la Cruz, convertirla
en arena como si fuera posible la victoria sobre los huesos de sus enemigos,
convertidos en polvo hace décadas; como si con ello pudiera añadir un solo renglón a la
historia de una guerra civil que inexorablemente perdieron. Este será el segundo trofeo que ofrecerá Sánchez
a sus votantes, a los que les deseo desde aquí, que reciban de su líder todo
aquello que se merecen.
Ponemos fin a este capitulo. Los ojos ven y los oídos oyen.
Las elecciones están a la vuelta de la esquina. Cada uno de los actores, no
solo políticos, en este escenario representa su papel. Ayer habló la Justicia.
En mi opinión, lo hizo contra España, favoreciendo en la medida de sus
posibilidades a aquellos que quieren destruirla en una sentencia de
trascendencia histórica. Tenia el Alto Tribunal alternativas jurídicas muy
diferentes, leales al Rey, a la Constitución, y a los españoles que somos la
esencia encarnada de la Nación, como por otro lado, se recuerdan hoy desde muy
distintos ámbitos. Entre tanto, en Cataluña, las máximas autoridades llaman a la movilización contra España, y se
amenaza, acosa y ataca a los catalanes que se atreven a defender su país, su
bandera y su libertad.
Ayer habló la Justicia. Con su palabra le ha puesto a los
catalanes aun mas difícil tener motivos para la esperanza. Pero hoy, mas que
nunca, nuestro mensaje debería ser alto y claro, como el de nuestro Rey “ … a nuestros
compatriotas catalanes: sabed que no estáis sólos, que nunca os dejaremos
solos.”. Se lo diremos el próximo día 10 de Noviembre en nuestra cita con
las urnas, con nuestro voto. Se lo diremos, sin miedo, sin complejos, sin cálculos
de oportunidad, sin desaliento.
Porque mis ojos ven, y mi razón sabe, que a menudo, los mas importantes
pasos hacia delante en la Historia no los dieron aquellos que eran los mas
fuertes, los mas poderosos, los mas numerosos, por el contrario, en muchas
ocasiones, se transitó con éxito por los caminos más difícultosos, se
alcanzaron metas impensables, gracias a aquellos que nunca perdieron la fe,
porque eran, siendo los menos entre todos, los mejores, los indispensables.