El Partido Socialista, por fin, arranca su andadura. Inicia la travesía del desierto que le depararon las urnas el noviembre pasado, y lo hace, con un nuevo líder. Rubalcaba ha ganado el Congreso y una vez asentado en el cargo, ha dado matarile a todos sus contrincantes, a aquellos que apoyaron a su oponente, la señora Chacón.
Se ha rodeado el ex-ministro de Interior de sus más fieles, a los que ya conocemos hasta el aburrimiento porque le acompañaron, con fe inquebrantable, en su estrepitosa derrota de las Elecciones Generales. Los socialistas se ponen en marcha dirigidos por su perdedor favorito, porque perdedora sin paliativos es también la señora Chacón, artífice del peor resultado del partido que se recuerda en Cataluña. El elegido para ponerse al frente del proyecto de los socialistas es de armas tomar, astuto y peligroso. Tiene fama de ser hombre inteligente, un “animal político” dicen; yo, personalmente no creo que llegue a tanto. Lo de animal político .... pudiera ser; lo de inteligente, eso ya es harina de otro costal. Me parece, más bien, que esa reputación obedece más a que vivimos tiempos peculiares en los que se tiende a confundir la maldad con la inteligencia, siendo estos dos conceptos, en esencia, muy contrarios el uno al otro. Decía Aristóteles que “no es posible ser bueno sin prudencia, ni es posible la prudencia sin sentido ético. Estoy de acuerdo, completamente de acuerdo, con Aristóteles.
Por otro lado, ser malo está tirado. Es fácil; está al alcance cualquier chichiminichi. Incluso el mayor de los estúpidos puede ser malo, malísimo. Ser bueno es otra cosa, exige disciplina, esfuerzo. Escalar los duros peldaños del autocontrol para que la voluntad dirija la conducta por el sendero de la rectitud ética. Ser bueno exige, grandes dosis de coraje y de valor, priorizar lo esencialmente humano sobre lo superficial; defender, a veces en soledad, las causas perdidas que uno se ha encontrado en el camino, sin saber cómo, solo porque entendemos que son justas. Por eso, me sorprende sobremanera la frecuencia con la que veo a mí alrededor como se valora positivamente lo que no es otra cosa que la manifestación de la banalidad del mal, y se celebra el éxito atribuido sin sonrojo a la simpleza y a la necedad, como si ambas cosas, fueran meritorias y deseables.
Llevo años escuchando por tierra, mar y aire, que Rubalcaba es poco menos que un gigante de la política, un brillante hombre de la res publica, etc, A mi lo que este señor me inspira es auténtica inquietud. No porque le considere poseedor de una inteligencia privilegiada, que a lo mejor tiene, o a lo mejor no, sino porque el recorrido de su vida política permite adivinar en él una personalidad oscura y una conducta previsiblemente tenebrosa en su acción política. Portavoz del gobierno socialista de los Gal y responsable del ministerio de Interior en el caso del bar “Faisan”, se ha vanagloriado, incluso, de saberlo todo de todos, esgrimiendo amenazante este conocimiento con sus adversarios políticos. Ha tenido la osadía de exhibirse como el gran ojo que todo lo ve, como el gran hermano que nos vigila. Un personaje tejido con estos mimbres a lo largo de sus muchos años de permanencia en la primera fila de la política inspira en muchos ciudadanos un profundo temor y, cuando menos, una prudente desconfianza.
El caso es que finalizado el Congreso y la elección del líder, se ha quedado la señora Chacón compuesta y sin novio. Eso si, ha sido la suya una derrota más que honrosa, quedándose a un pasito de lograr la Secretaría General. Dicen que se lo ha tomado fatal, con derroche lacrimógeno y todo; que ella se veía con posibilidades de dirigir el partido y que ahora, a ver como se lo monta para no terminar en el baúl de los recuerdos apolillándose mientras ya se comienza a pensar en la próxima cita en la que el PSOE decidirá quien será su candidato a la Presidencia del gobierno como alternativa a Mariano Rajoy. Según tengo oído, para agradecer a sus seguidores el apoyo que le han prestado, sobre todo en estas aciagas horas, les ha enviado un mensaje en su tuwiter con una canción de Luz Casal, que se titula “Un nuevo día brillará”.
Pues si. Eso es una verdad incuestionable. Siempre a un día, otro día le sucede. Es lo normal desde el principio de los tiempos. Además, después de la tormenta, viene la calma, y, lo que aún es mejor, quien no se consuela es porque no quiere… Sobre todo, teniendo en cuenta, que siempre hay un roto para un descosido, la señora Chacon todavía tiene alguna oportunidad …O no?. Eso es lo malo, que no estamos seguros, se debe decir a sí misma, en pleno berrinche. Además, si se cumple el dicho de que "no hay dos sin tres, le queda otra ocasión para intentarlo y para... fracasar
A mí, francamente, me importa un bledo las lágrimas de la señora Chacón, su presente y su futuro. No puedo decir lo mismo de su pasado, aunque ya me gustaría, porque aun la recuerdo apoyando a aquel personaje deleznable llamado Rubianes, que se famoseó por hablar de mi país de la manera siguiente: “…a mí, la unidad de España me suda la polla por delante y por detrás, que se metan a España en el puto culo, a ver si les explota dentro y les quedan los huevos colgando del campanario como la puta España, etc. etc. Me he permitido trasladar textualmente esta bazofia inmunda de lenguaje, propia de un cerebro pestilente, con el que este individuo insultó a mi país. En estos términos se expresó en una cadena de televisión catalana; lo hizo, este mamarracho, en mi lengua castellana, llenando de odio las palabras y provocando la risa de los presentes en el estudio y del director del programa. El personajillo en cuestión hace tiempo que está criando malvas; lo de malvas es un puro eufemismo, porque dudo que de semejante basura pudiera surgir una flor de ningún tipo, ni en esta vida ni en la otra, quizá un nido de avispas o de ratas, salvando la distancia que se merecen las unas y las otras. Dicho lo cual, vuelvo a la ex-ministra recordando la defensa publica que hizo de este individuo participando activamente en el aquelarre que algunos montaron bajo el eslogan "todos somos Rubianes", cuando desde distintas instancias se le censuraron sus ofensivas e injustificables palabras. Después de aquello la malparada candidata, como ministra de Defensa, nos dio numerosos espectáculos todos ellos lamentables pasando revista a las tropas, o con sus castrenses vivas a España de lo más desconcertantes. Tanto, que algunos se preguntaban, sobre todo, aquellos que además de escucharla podían contemplar su peculiar semblante, ¿"Se le habrá muerto el canario? ¿le dolerá una muela? ¿eso, essssooooo... ha sido un bostezo?".
Pero de todos, su gran momento de gloria, el autentico instante que pasará a la posteridad fue cuando le ofreció nada mas ni nada menos que sus “mimitos” a Alfredo en plena campaña de las generales. Todavía me pregunto cómo Rubalcaba fue capaz de mantener el tipo y no salir corriendo por patas en ese momento. La escena es que no tiene parangón. Cuando la vi por la tele no daba crédito. La puesta en escena de los mimitos chaconeros es que no tenía desperdicio. No hay palabras para explicar la sensación que me produjo. Bueno, haberlas, si las hay... Lo dejare en un ¡¡¡¡¡Puafffff¡¡¡.
De nada le ha servido a la pobre tanto numerito y tan esforzadamente trabajado, ni las soflamas feministoides como núcleo duro de su mensaje (por llamarlo de alguna manera), que han aburrido hasta las ovejas. Ota vez que se vuelto a partir la crisma contra el muro electoral. Ahora debe estar refugiada en sus cuarteles catalanes viendo como conjunta el modelito de barretina y farales, después de haber hecho el paripé en Andalucía, recurriendo a su genética andaluza. Ciertamente, la actuación de la señora candidata me ha parecido a veces ridícula, a veces, patética, casi siempre lamentable.
Lo cierto es que el PSOE está de capa caída, más bien diría yo, de capa arrastrada. Ha perdido prácticamente todo el poder a nivel nacional, autonómico y local. Zapatero ha dejado el partido hecho unos zorros, mientras él se va a mirar a las nubes cantando feliz el pío, pío que yo no he sido, con las posaderas bien asentadas en el sillón del Consejo de Estado que ya tenía trabajado antes de su despedida. El PSOE en nada de tiempo, se las tiene que ver con las elecciones andaluzas, que también pintan color de hormiga, según las encuestas. Ya veremos si los andaluces son capaces de dar un paso al futuro o insisten en dejar en el poder a la izquierda que les tiene sumidos desde hace en la miseria. En el caso de que así lo hicieran, también darían un gran paso, pero sería un paso definitivo al abismo. La palabra la tienen los andaluces. Suya es la decisión y suya la responsabilidad.
El Partido socialista nos ha mostrado en el último Congreso, que el debate interno del liderazgo está dividido, casi exactamente, entre la maldad y la estulticia, por resumir. Teniendo en cuenta que ambas cosas suelen ir de la mano, podríamos concluir que han ganado todos, y que todos vienen a ser, aproximadamente, lo mismo. Ha perdido España, porque no olvidemos que la Democracia es el sistema político en el que son necesarios, al menos, dos participantes y cuantos más, mejor.
El Gobierno recién estrenado está tomando sus primeras decisiones ejecutivas. En mi opinión, preocupantes, insuficientes e injustas… Estos señores que no acaban de llegar ya la están pifiando en demasiadas cosas, demasiado importantes. Haciendo un importante esfuerzo y sometiendo a un firme bloqueo mi razón, he dado un margen confianza al Partido Popular intentando mantener un optimismo fundamentado más en el deseo que en consideraciones realistas. La necesidad de poner fin al gobierno de Rodriguez Z, era tan imperiosa, tan incuestionable, que las papeletas del PP llegaron a las urnas de la mano de centenares de miles de españoles asustados de lo que estaba pasando no tanto en España en general como en sus cuentas bancarias en particular. En estos primeros compases de actuación del Gobierno de Mariano Rajoy, ya se puede atisbar un estilo que a mí, personalmente, no me gusta nada de nada. Ya veremos como evoluciona, pero si el refranero se cumple, ya se sabe ... apostar por necesidad... perder por obligación.
Por otro lado, la oposición con la que podemos contar, nos la ha dejado muy clara el Congreso del PSOE, con un pésimo aspirante en Chacón y un malísimo campeón en Rubalcaba. Así las cosas los ciudadanos españoles parece que seguiremos en el papel de sufridores, que es lo nuestro, abocados a convertirnos en un país de Carpantas, porque por ahora, no se vislumbra en el horizonte otra cosa, que más de lo mismo, un Déjà vu, que nos persigue a los españoles a lo largo de la Historia, y del que, por ahora, parece que no somos capaces de librarnos.